Cómo afrontar un mundo de riesgos interconectados

Una mirada estratégica y sectorial para un mundo multipolar

Las crecientes tensiones geopolíticas, el cambio climático, los riesgos operacionales y tecnológicos o la coincidencia de varios procesos electorales con un alto impacto en la política internacional en un corto espacio de tiempo emergen como un importante foco de incertidumbre y volatilidad en un mundo con una economía globalizada. Este paradigma reabre la necesidad de conciliar un adecuado equilibrio entre el crecimiento económico y el desarrollo sostenible; entre el desempeño local y la cooperación global; entre la transformación continua y la necesidad de garantizar la estabilidad y equidad social. Un complejo escenario que solo podrá abordarse a partir de la anticipación, el consenso y la formulación de nuevas alternativas estratégicas que ayuden a optimizar la capacidad de respuesta ante riesgos del presente y aquellos que están por llegar.

Prueba de la relevancia de los riesgos geopolíticos en la economía y el tejido empresarial es que el Banco Central Europeo, en su informe de Estabilidad Financiera, advertía de la “considerable incertidumbre” geopolítica y su posible impacto en la economía de la eurozona, por encima de los riesgos inflacionistas. Asimismo, el Foro Económico Mundial (WEF) en su Informe sobre Riesgos Globales de 2024 alertó del impacto de cuestiones como la polarización social y el entorno geopolítico, con el cambio climático como telón de fondo, las consecuencias de los avances tecnológicos o los cambios demográficos en la estabilidad mundial.

Resulta imperativo que las organizaciones intensifiquen sus esfuerzos y evolucionen desde una visión reactiva hacia una gestión más proactiva y holística en torno a la gestión de los riesgos geopolíticos
Pau Bernad Socio responsable de Mercados y Consulting Corporates de KPMG en España

Además, es importante tener en cuenta que estos riesgos no solo se producen en ciclos cada vez más cortos, sino que se retroalimentan a partir de un contexto altamente globalizado e hiperconectado, en gran medida fruto de la digitalización y los avances tecnológicos. Ante este escenario, “resulta imperativo que las organizaciones intensifiquen sus esfuerzos y evolucionen desde una visión reactiva a una gestión más proactiva y holística en torno a la gestión de los riesgos geopolíticos, anticipando y evaluando así las posibles contingencias en torno a la viabilidad de las operaciones, el acceso a financiación y la implementación de los planes de negocio”, subraya Pau Bernad, socio responsable de Mercados y Consulting Corporates de KPMG en España. Para ello, las corporaciones necesitan poner el foco en los múltiples factores coyunturales y estructurales que están reconfigurando el panorama actual y que podrán influir de manera decisiva en sus planes y estrategias en el medio y largo plazo.

Hacia un nuevo equilibrio estratégico

Riesgos y desafíos geopolíticos

‘Superciclo’ electoral global: más de 70 países acudirán a las urnas

Cerca de 3.700 millones de personas tendrán la posibilidad de votar en hasta 70 países del mundo a lo largo de este año. Esto podría contribuir a acentuar la complejidad geopolítica ante el surgimiento de gobiernos con visiones contrapuestas y el posicionamiento de nuevos temas en la agenda pública. Algunos países ya han celebrado elecciones como Taiwán, Indonesia, Méjico o Rusia, siendo las primeras elecciones federales desde el inicio de la guerra en Ucrania, además de la India, Reino Unido, Francia o las elecciones al Parlamento Europeo.

riesgos geopolíticos

Sin embargo, todos los ojos apuntan a las próximas elecciones presidenciales en los Estados Unidos, que tendrán lugar en noviembre, y cuyo resultado tendrá importantes consecuencias en el plano geopolítico mundial en un momento de elevada polarización y fragmentación social.

Las empresas deben ser conscientes de que se mueven en un mundo de ‘competición geopolítica’, explica Ignacio Fuente Cobo, analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), y en este sentido, destaca que “algunos de estos procesos electorales, especialmente en países con una elevada incidencia en el comercio y la geopolítica mundial, apuntan hacia un reforzamiento de las tendencias nacionalistas y antiglobalizadoras, especialmente hacia políticas más escépticas desde el punto de vista climático y políticas económicas que tiendan a un menor intervencionismo”. Como apunta el FMI, aunque todavía no hay signos claros de desglobalización a nivel agregado, sí hay signos cada vez mayores de fragmentación a medida que los flujos comerciales y de inversión se están redirigiendo según los bloques geopolíticos.

Asimismo, se aprecia una mayor predisposición hacia determinados líderes fuertes en materia de política exterior y, como matiza Fuente Cobo, hacia una mayor polarización y proteccionismo no solamente en torno a los países, sino también entre las distintas regiones del mundo. Lejos de agruparse en dos grandes bloques antagónicos, el sistema internacional actual está evolucionando hacia estructuras más complejas y multipolares con el surgimiento de nuevos actores emergentes y centros de poder. Por tanto, no es de extrañar que desde el año 2008, se hayan contabilizado alrededor de 58.000 medidas intervencionistas que restringen el comercio internacional, según datos de Global Trade Alert, el principal repositorio mundial de cambios de políticas que afectan al comercio y la inversión global.

La persistencia de los conflictos militares en Ucrania y Oriente Medio

El recrudecimiento y la prolongación de los conflictos en Ucrania y Oriente Medio suponen un punto de inflexión y acentúan la incertidumbre en las relaciones internacionales. Ante este escenario y como apunta el informe ‘Panorama Estratégico 2024’ elaborado por el IEEE, “la seguridad nacional se impone al crecimiento económico y desplaza como prioridad al riesgo en los flujos de capital, acciones, bonos, divisas y materias primas”, impactando así en la evolución y el futuro del tejido empresarial global.

En palabras de Ignacio Fuente Cobo: “el mundo se está rearmando de una manera acelerada y esto tendrá un impacto geopolítico importante en el posicionamiento de los países y, por ende, en el futuro de las corporaciones”. Y no es de sorprender, ya que un total de 100 países se ha visto implicado (al menos parcialmente) en algún tipo de conflicto externo en los últimos cinco años, frente a 59 países en 2008, tal y como apunta el Global Peace Index 2024.

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Tal y como subraya David Ramírez Morán, científico superior de la Defensa en el IEEE, las empresas necesitan ser conscientes de que la geopolítica es un factor que les afecta independientemente de su tamaño y ubicación geográfica, ya que tiene un claro impacto en el comercio mundial y la seguridad, así como en las alianzas y en las relaciones políticas.

Evolución de las políticas verdes: hacia un refuerzo de la autonomía estratégica

No hay duda de que las disputas comerciales, las alianzas ideológicas y comerciales, y la previsible evolución de la legislación y regulación fruto de los resultados electorales, influirán en el rumbo de las políticas verdes y los asuntos relacionados con los recursos y las materias primas en el mundo. Tal y como valora Ignacio Fuente Cobo, “la Unión Europea (UE) está impulsando su autonomía estratégica, sobre todo desde el punto de vista energético, como uno de sus pilares fundamentales”. Todo ello en un entorno en el que se acentúa la competición entre países por algunos recursos naturales y materias críticas.

El principal objetivo en este sentido es avanzar hacia la transición de energías limpias, donde España ocupa la segunda posición europea en potencia renovable instalada y en generación eólica y solar, según datos de Red Eléctrica. Sin embargo, y como advierte Eduardo González, socio responsable de Energía y Recursos Naturales de KPMG en España: “en la industria de ‘cero emisiones’ juegan los grandes bloques del mundo multipolar: además de estadounidenses y europeos, China, India y Japón. Cada uno ha puesto sobre la mesa un ambicioso plan para conseguir el liderazgo en la transición energética. Ejemplo de ello es la Inflation Reduction Act de Estados Unidos, el Green Deal de la UE, el decimocuarto plan chino quinquenal, el Japan Green Growth Strategy o la Conservation Act de la India. Pero de momento la gran carrera por el negocio renovable tiene un claro ganador: China”. En este sentido, Eduardo González señala, que para ser un país ganador en el plano geopolítico renovable “debes ser un exportador de electricidad e hidrógeno verde, de minerales de transición y de su procesado y suministrador de equipos y tecnología”.

Aunque todavía existe mucho margen de mejora en Europa, se están dando pasos al respecto. De hecho, el pasado mes de mayo entró en vigor la Ley Europea de Materias Primas Fundamentales, dotando así a la UE de un marco regulador para reforzar las capacidades nacionales y consolidar la sostenibilidad y la circularidad de las cadenas de suministro de materias primas fundamentales.

¿Cómo reaccionar frente a estos riesgos desde el ámbito energético y las materias primas?

En este sentido, y como explica el socio responsable de Energía y Recursos Naturales de KPMG, “resulta esencial reforzar la cadena de valor de las materias primas en Europa: desde la minería hasta el refinado, pasando por la transformación y el reciclado. Esto exigirá un desarrollo de la exploración nacional, así como un enfoque más racionalizado y predecible de los procedimientos de concesión de permisos y garantizar un mejor acceso a la financiación”.

Y es que la Unión Europea es consciente de que debe potenciar su competitividad económica ante los múltiples desafíos del entorno. Sin ir más lejos, el esperado Informe Draghi, “The future of Europen competitiveness”, plantea una hoja de ruta para los próximos cinco años con el objetivo de reforzar la política europea y adaptarla a la nueva realidad tecnológica, energética y geopolítica.

“En el nuevo escenario geopolítico la globalización continuará, pero posiblemente será compartimentada entre bloques afines y en disputa por el acceso a los inputs y a productos intermedios esenciales”, apunta Eduardo González. En consecuencia, será necesario realizar esfuerzos adicionales en la diversificación del aprovisionamiento de estos materiales y también de capacidades propias en microchips (semiconductores o circuitos integrados), que son imprescindibles para todo tipo de productos cotidianos y para el desarrollo de la economía digital, pero también básicos para la industria energética y de defensa o para el dominio del espacio y el ciberespacio.

Será necesario realizar esfuerzos en la diversificación del aprovisionamiento de recursos naturales y minerales críticos, y también de capacidades propias en microchips, que son imprescindibles tanto para el desarrollo de la economía digital como para la industria energética y de defensa
Eduardo González Socio responsable de Energía y Recursos Naturales de KPMG en España

Asimismo, y según apunta Eduardo González, realizar esfuerzos en el establecimiento de alianzas con distintos países será fundamental, así como la puesta en marcha de mecanismos multilaterales para coordinar todos estos asuntos que incluyan a los países europeos a través de instituciones comunes.

La desinformación a través de la IA: uno de los mayores riesgos en el corto plazo

Adicionalmente, la desinformación, junto con la manipulación a través de un uso malicioso de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial (IA), repercute en la seguridad global y pone en riesgo a instituciones y organizaciones de todo el mundo. Así se indica en el último informe sobre riesgos globales del Foro Económico Mundial, que posiciona la desinformación como el mayor riesgo para la economía global en el corto plazo, una amenaza que puede impactar en múltiples ámbitos como la ciberseguridad y la reputación de las organizaciones y, en consecuencia, en la confianza pública, provocando pánico y confusión en situaciones de crisis o fomentando la polarización social.

Las organizaciones necesitan establecer marcos adecuados de gobernanza y control en torno a la inteligencia artificial para blindarse ante estos posibles ataques
David Sanz Socio de KPMG Lighthouse de KPMG en España
Extrae todo el valor de la inteligencia artifical (IA)

Este riesgo ha tendido a acelerarse en los últimos años afectando no solo a los derechos de los individuos, sino también de las empresas ante los rápidos avances tecnológicos especialmente relacionados con el desarrollo de la IA. A este respecto y como apunta David Sanz, socio de KPMG Lighthouse de KPMG en España, las organizaciones necesitan establecer marcos adecuados de gobernanza y control en torno a la inteligencia artificial para blindarse ante estos posibles ataques. Todo ello orientado también desde una mirada que priorice la ética y la sostenibilidad en cada uno de sus procesos, evitando así posibles sesgos.

La confiabilidad en el uso de la IA se convierte en un elemento central, de forma que apostar por estrategias de IA responsable, legal y ética marcará claramente la diferencia
Noemí Brito Responsable del área de Propiedad Intelectual y Nuevas Tecnologías de KPMG Abogados

A este respecto, “la confiabilidad en el uso de la IA se convierte en un elemento central, de forma que apostar por estrategias de IA responsable, legal y ética marcará claramente la diferencia entre unas organizaciones y otras en el mercado”, subraya Noemí Brito, responsable del área de Propiedad Intelectual y Nuevas Tecnologías de KPMG Abogados, al igual que situar a las personas en el centro de estos procesos para asegurar que nadie se vea excluido en este cambio tecnológico. “Para evitar esta brecha digital será fundamental poner el foco en la concienciación, la formación y el impulso de nuevas oportunidades relacionadas con esta tecnología”, matiza Noemí Brito.

Sin ir más lejos, las llamadas deepfakes o noticias falsas representan una clara amenaza para la información en un momento en el que millones de personas están llamadas a las urnas. A su vez, existen múltiples conflictos geopolíticos en los que se está haciendo un uso erróneo o interesado de la información, fomentando así las divisiones sociales y la confusión entre la población. Y las empresas no son ajenas a estos riesgos. Estafas, ciberincidentes o ataques reputacionales son ejemplo de ello, por lo que será conveniente establecer mecanismos de autorregulación y códigos de buenas prácticas para anticiparse a estos incidentes y lograr mitigarlos adecuadamente.

Resulta imperativo realizar una correcta evaluación de riesgos de ciberseguridad a partir de un enfoque integrado y continuo, utilizando prácticas y procedimientos probados
Javier Aznar Socio de Technology Risk de KPMG en España

Además de establecer políticas de uso en torno a la IA alineadas con la regulación, “resulta imperativo realizar una correcta evaluación de riesgos de ciberseguridad a partir de un enfoque integrado y continuo”, explica Javier Aznar, socio de Technology Risk de KPMG en España. Todo ello utilizando prácticas y procedimientos probados, así como controles específicos para la inteligencia artificial.

Anticipación y planificación ante ‘shocks’ en las cadenas de suministro

La inestabilidad en las cadenas de aprovisionamiento, críticas para cualquier economía avanzada, continúa su escalada a medida que surgen nuevos conflictos geopolíticos y aumenta la dependencia e interconexión entre países. Y es que, como alerta David Ramírez Morán: “la globalización está distorsionando la competitividad empresarial por razones geoestratégicas, geopolíticas y económicas”.

riesgos geopolíticos

En consecuencia, las organizaciones necesitan trazar acciones y planes de resiliencia para hacer frente a la mayor proliferación de perturbaciones en las cadenas de suministro. Para Alfonso Junguitu, socio de Strategy & Value Creation y responsable de Turnaround de KPMG en España, estas acciones pasan por garantizar un mayor control de la cadena de suministro basado en los principios de anticipación y planificación. “Debemos fomentar la eficiencia en el porfolio de productos de las empresas mediante la racionalización del mismo, así como planificar con mayor detalle sus recursos en base al estado de la demanda, evitando así un exceso de existencias que derivaría en un mayor consumo de working capital y endeudamiento”.

Por otro lado, resulta esencial que las empresas cuenten con un canal directo con sus proveedores y estén informados en todo momento sobre el estado de su mercado, conociendo así las distintas causas que podrían afectarles ante el surgimiento de conflictos geopolíticos. Adicionalmente, y como apunta David Ramírez, la innovación y el avance de nuevas tecnologías podrían ayudar a encontrar alternativas al desarrollo y la distribución de productos, así como nuevas vías que ayuden a reducir esta exposición a posibles riesgos geopolíticos. A este respecto, la inteligencia artificial y el uso de los algoritmos predictivos, como cita Alfonso Junguitu, representan un gran soporte para obtener una mayor información sobre el estado de las cadenas de aprovisionamiento, aunque no pueden sustituir a la planificación integrada de la demanda ni a la flexibilidad operativa de la empresa.

Debemos fomentar la eficiencia en el porfolio de productos de las empresas mediante la racionalización del mismo, así como planificar con mayor detalle sus recursos en base al estado de la demanda, evitando así un exceso de existencias
Alfonso Junguitu Socio de Strategy & Value Creation y responsable de Turnaround de KPMG en España
¿Necesitar fortalecer tu cadena de suministro ante posibles disrupciones?

Según apunta Alfonso Junguitu, para hacer frente a estas persistentes tensiones, que bien podrían derivar en un ‘efecto látigo’ que provoque un desajuste entre la demanda real y estimada, se está optando por una mayor diversificación de los distintos proveedores con el objetivo de reducir su dependencia exterior. Otra alternativa es la integración vertical de la cadena de suministro con el objetivo de obtener un mayor control sobre el proceso de producción y distribución, y mejorar a su vez la competitividad de los productos.

Promover la resiliencia frente a la incertidumbre y los retos económicos globales

En materia económica, y como alertan organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), continúan persistiendo las presiones inflacionistas, así como las crecientes divergencias económicas entre países. En el caso de Estados Unidos, los datos de empleo correspondientes al mes de agosto no cumplieron las expectativas, aviando el temor de la recesión, lo que podría forzar a la Reserva Federal a aprobar una nueva rebaja de los tipos de interés. Y es que, como constató el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, la preocupación principal del banco central ha dejado de ser en este momento la inflación para trasladarse al empleo. Por su parte, en el caso de la Unión Europea, el Banco Central tendrá que graduar detenidamente el giro hacia la flexibilización de la política monetaria para evitar que la inflación caiga por debajo de su meta”.

Respecto a China, considerada un actor clave para la economía global, continúa experimentando una desaceleración de su crecimiento que repercutirá en la evolución de la economía y el comercio internacional. Además, el gigante asiático se enfrenta al reto demográfico, pues como alerta Fuente Cobo, “se prevé que se convierta en una de las poblaciones más envejecidas del mundo y que esto se produzca de una manera acelerada”.

Por ende, y ante este entorno de volatilidad económica, será clave que las autoridades favorezcan acciones que garanticen la resiliencia de la economía mundial y la estabilidad financiera. Todo ello implementando los ajustes necesarios para garantizar la sostenibilidad de la deuda y acelerar la asignación eficiente de recursos para asegurar un mayor crecimiento. Sin olvidar el impulso de la productividad, que podrá verse acelerado gracias al desarrollo de nuevas tecnologías que ayuden a mejorar el rendimiento y la eficiencia de la actividad económica.

Claves para la gestión de riesgos geopolíticos

Trazar un marco de actuación

Para adoptar un nuevo enfoque más estratégico en torno a la gestión de estos riesgos, el tejido empresarial necesita primeramente adoptar una visión basada en la anticipación, analizando en detalle su actual modelo de gestión de riesgos geopolíticos con el objetivo de conocer el punto de partida y trazar los objetivos a seguir. Como detalla Pau Bernad: “este proceso comprende desde evaluar las tendencias que tengan un mayor impacto en las operaciones, planes e inversiones, a desarrollar un marco de seguimiento de la información, pasando por la definición de estrategias de mitigación y guías de actuación para responder a estos riesgos y aprovechar las oportunidades que pueda brindar el entorno”.

riesgos geopolíticos

En este sentido, sería recomendable que los Consejos de Administración y equipos directivos incluyan los riesgos geopolíticos como un proceso continuo de gobernanza, equivalente a otros como pueden ser en materia de cumplimiento o ciberseguridad. Por su parte, la transversalidad de los equipos es clave a la hora de evaluar estas amenazas, tanto a la hora de asignar responsabilidades como de asegurar que todos los profesionales estén informados y sean capaces de tomar las decisiones más adecuadas y alineadas con los objetivos de la organización. Este ejercicio de evaluación y análisis debe ser periódico y recurrente, y es necesario que cuente con profesionales especializados en este ámbito que ayuden a consolidar los marcos de actuación y gestión de riesgos geopolíticos.

Sector a sector

Evaluar los riesgos geopolíticos

Adicionalmente, las organizaciones necesitan realizar este ejercicio basado en la anticipación, evaluación, mitigación y aprovechamiento de oportunidades desde una mirada también sectorial, pues los riesgos geopolíticos se manifiestan de forma diferente entre las distintas industrias, influyendo así de manera específica en los planes, estrategias y operaciones de cada sector. Como indica el siguiente análisis de KPMG Top Risk Forecast, existen múltiples riesgos geopolíticos que pueden tener un mayor o menor impacto en las empresas dependiendo del sector de actividad al que pertenezcan.

riesgos geopolíticos

En este sentido, el estudio propone un Índice de Rendimiento Financiero (FPI), desarrollado por KPMG, que pretende arrojar luz sobre la solidez y salud financiera de algunos sectores de actividad. Algunas industrias como la Industria, Consumo y Retail o TMT obtienen algunas de las puntuaciones más favorables de este índice, destacando por su nivel de resiliencia y preparación antes posibles riesgos geopolíticos. Sin embargo, también destacan una serie de riesgos sobre los que las organizaciones necesitarán tomar ciertas cautelas y recomendaciones.

Consumo y Retal, sector financiero y sector energético

Análisis de sectores clave

Consumo y Retail: blindar las cadenas de suministro como elemento prioritario

No hay duda de que la volatilidad e incertidumbre del entorno global pueden tener un impacto significativo en la cadena de suministro de las compañías de Consumo y Retail. En palabras de Enrique Porta, socio responsable de Consumo y Distribución de KPMG en España: “aspectos tan críticos como la disponibilidad de producto o su coste se pueden ver alterados por disrupciones geopolíticas, climáticas o de otra índole”. Por ello, blindar las cadenas de suministro para asegurar un suministro fiable a un coste razonable es uno de los grandes retos para marcas y retailers.

El sector se enfrenta a riesgos de contracción de la demanda por el impacto prolongado de la inflación y a relevantes desafíos tecnológicos, como los cada vez más frecuentes y sofisticados ciberataques o riesgos de adopción incontrolada de la IA
Enrique Porta Socio responsable de Consumo y Distribución de KPMG en España

En consecuencia, estos riesgos relacionados con la IA pueden tener importantes implicaciones legales y reputacionales para las organizaciones. En este sentido, es altamente recomendable establecer un marco de gobierno que permita aprovechar el enorme potencial de esta tecnología y, al mismo tiempo, asegure el uso ético de la misma y la protección de la información y el cumplimiento regulatorio.

La solidez del sector financiero frente a la incertidumbre económica

No hay duda de que el sector financiero se encuentra en una posición de fortaleza. Y así se demuestra en los resultados del índice FPI del informe Top Risks Forecast. En palabras de Francisco Uría, Banking & Capital Markets Global Head y socio responsable del sector financiero de KPMG en España: “esta favorable situación permitirá al sector desempeñar un rol fundamental en un momento de transformación sin precedentes en el ámbito geoestratégico, macroeconómico, financiero, tecnológico, energético, climático o demográfico, al que sus clientes deberán adaptarse”. Todo ello proporcionándoles la financiación y el acompañamiento que necesitarán para la ejecución de sus planes de adaptación o transición.

No obstante, las entidades financieras también se enfrentan a múltiples retos como las recientes bajadas de tipos de interés o las dudas sobre el crecimiento económico futuro de algunas de las economías más importantes del mundo, entre las que destaca China. Sin embargo, y como explica Francisco Uría respecto al sector financiero español, “su conexión con el sector financiero y la economía china es muy limitada por lo que los efectos de una posible desaceleración serán poco relevantes en el caso de los bancos españoles”.

Esta favorable situación permitirá al sector desempeñar un rol fundamental en un momento de transformación sin precedentes en el ámbito geoestratégico, macroeconómico, financiero, tecnológico, energético, climático o demográfico, al que sus clientes deberán adaptarse
Francisco Uría Banking & Capital Markets Global Head y socio responsable del sector financiero de KPMG en España

Por su parte, el impacto de las amenazas geopolíticas se expande cada vez más allá de las fuentes convencionales hasta copar los espacios digitales. En ese sentido, las empresas necesitarán conjugar las ventajas y el avance de las nuevas tecnologías al tiempo que prioricen la ciberseguridad y la protección de los datos y la información de sus clientes. Adicionalmente, una adecuada gestión del dato se vislumbra como una fuente de éxito clave, que llevará hacia una toma de decisiones más estratégica, una mejor adaptación al entorno y una ventaja competitiva clave.

Las materias primas, en el punto de mira de los riesgos geopolíticos

Los conflictos geopolíticos y la creciente competencia global por determinados minerales y recursos críticos sin duda pueden perturbar el suministro y dificultar el acceso fluido a los mismos. Como apunta Eduardo González, las organizaciones, junto con el apoyo de las instituciones, necesitarán mejorar la capacidad de resistencia a las perturbaciones en la cadena de suministro, aumentando así la capacidad de seguimiento a través de las pruebas de resistencia, garantizando esfuerzos coordinados para crear reservas estratégicas y fomentando la inversión y el comercio sostenibles.

En palabras de Eduardo González, “es fundamental que los Consejos de Administración tomen conciencia de la importancia de estos asuntos, delimitando así responsabilidades y obligaciones para su adecuada gestión. Desde interpretar la realidad y conocer y predecir las tendencias geopolíticas actuales y futuras, hasta relacionar las políticas públicas y cuestiones regulatorias con las tendencias geopolíticas e incluir la geopolítica en los procesos de decisión y deliberación de manera transversal y periódica, dedicándole tiempo y recursos”.

Además de ser capaces de identificar riesgos, y también oportunidades, se recomienda analizar los distintos mercados y clasificarlos según la prioridad o relevancia (materialidad) del riesgo geopolítico (disrupciones, sanciones, aranceles, control de exportaciones/importaciones, divisas, etc.). Sin olvidar analizar cómo estos riesgos geopolíticos pueden afectar a clientes, proveedores, socios y otros grupos de interés. Como contempla Eduardo González, elaborar junto con el equipo directivo escenarios de riesgos y oportunidades, tendencias y fracturas (cisnes negros, rinocerontes grises) se identifica como una necesidad clave para la adecuada gestión de estas amenazas.

No hay duda de que, frente a un entorno de elevada volatilidad, las organizaciones necesitan encontrar ‘un nuevo equilibrio’ que les permita aprender a navegar en mitad de la incertidumbre. Todo ello desde un enfoque más estratégico, basado en la anticipación y dispuesto a aprovechar las ventajas y oportunidades sin dejar que las amenazas del entorno actúen como freno al crecimiento y a su apuesta por la innovación y el desarrollo. Más bien todo lo contrario: las corporaciones necesitan fomentar su capacidad de adaptación, resistencia y flexibilidad, así como extraer lecciones que impulsen su crecimiento más allá de la adversidad.

Te ayudamos a fortalecer la resiliencia de tu organización y afrontar el impacto de estos riesgos