Desde la década de los 90, momento en el que las organizaciones empezaron a publicar sus primeras memorias de sostenibilidad, hemos sido testigos de la evolución en sus contenidos. Comenzaron centrándose inicialmente en aspectos medioambientales y, con el tiempo fueron incorporando las dimensiones sociales y de gobernanza, reflejando un enfoque más holístico de la sostenibilidad y utilizando estándares como el Global Reporting Initiative (GRI) o la integración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En España, la trasposición de Directiva 2014/95/UE (NFRD) mediante la publicación de la Ley 11/2018, marcó un hito en la evolución de la información no financiera. Esta norma obligó a las compañías a adaptarse a nuevos requisitos de información y a someterse a procesos de verificación. Con ello se mejoró no solo la cantidad sino también la calidad de la información reportada y aumentó la integración de la información no financiera en la estrategia de dichas compañías.
Y el año 2024 supone otro hito relevante con la entrada en vigor la Directiva UE 2022/2464, conocida como CSRD, aunque seguimos pendientes de su trasposición en muchos países de la Unión Europea. Esta transformación aportará transparencia, comparabilidad y responsabilidad de cara a mejorar la confianza de los grupos de interés a lo largo de la cadena de valor. Y es que la CSRD introduce requisitos más estrictos y detallados para la divulgación de la información empresarial sobre sostenibilidad basada en un análisis exhaustivo de los impactos, riesgos y oportunidades relacionados con la sostenibilidad.
El estudio KPMG Survey on Sustainability Reporting 2024 incluye una investigación detallada realizada por profesionales de KPMG que representan a 58 firmas miembro. Cada una de las cuales ha revisado los datos financieros anuales, integrados y ESG/sostenibilidad publicados por las 100 mayores empresas de sus países, territorios y jurisdicciones. Para cada empresa, se han examinado hasta 52 datos reportados.
En España, este análisis se ha realizado sobre las 100 empresas nacionales más relevantes (N100) según su nivel de ingresos de explotación, identificando que sólo 5 de estas compañías no reportan información no financiera o no se encuentra disponible públicamente.
Los objetivos para combatir el Cambio Climático y aumentar la resiliencia ante los riesgos relacionados con el clima comprometen a las compañías a integrar estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático en sus políticas pudiéndose comprobar la evolución en los informes de información no financiera analizados en este estudio. Los informes no sólo muestran como riesgo el Cambio Climático, también incluyen aspectos sociales y de gobernanza y la biodiversidad como un impacto cada vez más relevante para el negocio.
La presión normativa y del mercado han hecho realidad la necesidad de incorporar la sostenibilidad a la alta dirección de las compañías con un 75% de las mismas disponiendo de una figura responsable de la sostenibilidad en la alta dirección. Adicionalmente, en el 60% de las entidades analizadas se ha vinculado la consecución de los objetivos con su retribución.
Derivado de la entrada en vigor de la Directiva CSRD, las compañías afectadas han iniciado su proceso de implementación, incorporando el proceso de análisis de doble materialidad e información sobre taxonomía europea.
La verificación de un tercero independiente es la base de la confianza en España. Tal y como muestra el análisis, un 75% cuenta con un informe independiente de un verificador externo publicado, en comparación con el 54% de la muestra global de compañías en el N100 a nivel mundial. Sin duda, la normativa ha ayudado en este sentido.
En definitiva, la adaptación de los reportes de información no financiera a los reportes de información empresarial sobre sostenibilidad se ha iniciado por parte de las compañías sirviendo como tractoras de la transformación hacia modelos de negocio más sostenibles.
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