¿Qué supone la propuesta Golden Visa de EE.UU.?

Tras el debate generado por su eliminación en España, la figura de los Golden Visa ha vuelto a estar en primera plana por la propuesta del presidente Trump de instaurar una “Gold Card” en Estados Unidos que ofrecería la residencia legal a aquellas personas que inviertan al menos 5 millones de dólares en el país. Y es que, si bien los términos de esta “tarjeta dorada” no están aún claros, el movimiento de Estados Unidos rompe una tendencia decreciente de este tipo de visados, impulsada principalmente desde Europa.

Pero, como paso previo, debemos distinguir entre residencia por inversión y ciudadanía por inversión, que son similares en su proceso, pero diferentes en sus implicaciones. Por un lado, la “residencia dorada” otorga el derecho a vivir y trabajar en un país como consecuencia de una inversión determinada, pero no conlleva el estatus de “ciudadano”. Esto supone que, manteniendo su nacionalidad de origen, el inversor adquiere la residencia legal en el país.

Por el contrario, los programas de ciudadanía por inversión otorgan al adquirente un pasaporte del país de destino, convirtiéndole en ciudadano. Este último supuesto es el menos habitual, muy típico en países del Caribe, aunque también está presente en algunos países de nuestro entorno: Malta, Chipre o Bulgaria son los tres casos existentes en la Unión Europea.

Por su parte, países como Italia o Grecia ofrecen residencia legal por inversión, sin tener acceso a la ciudadanía, al menos en un primer momento. Y, Por lo que sabemos hasta ahora, parece que el gobierno de EE.UU se refiere a este último supuesto, aunque no se descarta que se pueda convertir en “una ruta hacia la ciudadanía”.

Golden Visa: ¿cuál es la posición del Parlamento Europeo?

Tradicionalmente, la UE ha sido especialmente beligerante con este tipo de figuras. Desde la resolución de 16 de enero de 2014 (titulado “sobre la ciudadanía de la UE en venta”) este organismo se ha pronunciado en términos muy duros contra la residencia y/o ciudadanía por inversión, señalando que “estos sistemas solo sirven para que personajes oscuros que no podrían entrar por la puerta principal entren por la de atrás”.

El 15 de febrero de 2022 la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior del PE concluyó que no se estaba avanzando lo suficiente en esta materia y solicitó a la Comisión la eliminación gradual de estos programas hasta su “completa desaparición”. Días después, el PE aprobó una resolución para la eliminación de estos programas, concretamente para los oligarcas rusos (en el marco de la invasión de Ucrania).

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El principal argumento del Parlamento Europeo contra la ciudadanía por inversión es la “mercantilización” de la ciudadanía europea, señalando directamente a Malta, Chipre y Bulgaria. Y, en cuanto a los “golden visa” o residencia por inversión, destaca la falta de control tanto de los inversores como de sus fondos, centrando sus preocupaciones en cuatro áreas: seguridad, blanqueo de capitales, elusión del Derecho de la UE y evasión fiscal.

A favor de la Golden Visa

El argumento de los partidarios de la Golden Visa está claro: atraer capitales extranjeros al país. El presidente Trump recientemente habló literalmente de “vender” tarjetas doradas por un “precio” de 5 millones de dólares, argumentando que atraerá a personas “ricas y exitosas” y que “gastarán mucho dinero, pagarán muchos impuestos y emplearán a muchas personas” en EEUU. También el gobierno italiano ha defendido estos últimos meses su programa de residencia por inversión, destacando su contribución al crecimiento económico, la competitividad y la inversión.

En nuestro país, en un primer momento, y como respuesta a la escalada de precios de la vivienda, el Gobierno planteó la eliminación de los Golden Visa únicamente en su vertiente inmobiliaria, manteniendo por lo tanto otras alternativas de residencia por inversión (depósitos, acciones, deuda pública…). Sin embargo, tras el debate parlamentario se tomó la decisión de eliminar todos los supuestos que daban acceso a residencia por inversión, dando una vacatio legis de 3 meses, por lo que todo aquel que quiera solicitar el golden visa en España tiene hasta el 2 de abril para hacerlo, por cualquiera de sus modalidades (inversión inmobiliaria incluida).

En definitiva, en un debate tan politizado como este parece complicado llegar a un punto de equilibrio; pero, como es habitual, tanto partidarios como detractores tienen buenos argumentos para defender su postura. Y es que en un mundo cada vez más competitivo los Golden Visa son una palanca muy interesante para atraer inversión extranjera. En este sentido, quizá no es tan diferente a otras herramientas como los regímenes fiscales especiales (Ley Beckham, Ley Mbappé) u otro tipo de figuras migratorias.

Sin embargo, las preocupaciones que manifiesta el Parlamento Europeo son totalmente legítimas: con las autoridades europeas luchando contra el blanqueo de capitales y la evasión fiscal estos programas pueden convertirse en una piedra en el camino y permitir la entrada de dinero de dudosa procedencia a nuestros países.

Un régimen de visado por inversión con estrictos controles tanto de los antecedentes del solicitante como del origen de los fondos, junto con una fiscalización de la correcta tributación de los mismos podría ofrecer mayores certezas y gozar de mejor reputación a ojos de las autoridades europeas, permitiendo al mismo tiempo atraer inversiones que puedan contribuir al desarrollo económico de un país.