Cómo abordar los riesgos relacionados con los proyectos de renovables

Durante la última década, se ha producido un auge sustancial en el desarrollo de proyectos de energías renovables. Un impulso estrechamente relacionado con la transición energética y sus objetivos de neutralidad climática para 2050, así como con el objetivo de reducir la vulnerabilidad que la dependencia energética de los combustibles fósiles supone en nuestra economía. Los tiempos dilatados del proceso de permitting de este tipo de proyectos, junto con la alta volatilidad a la que está expuesta el mercado energético, suponen un reto a la hora de potenciar o implementar proyectos orientados al desarrollo de infraestructuras energéticas basadas en fuentes de energías renovables.

El sector asegurador busca respuestas para la eclosión de las renovables

En este contexto, las entidades aseguradoras juegan un papel relevante en la cobertura de determinados riesgos a lo largo de la cadena de valor. Por un lado, a través de productos “tradicionales”, tales como coberturas de Responsabilidad Civil (RC), garantías frente a accidentes, protección de daños o robos y averías. Por otra parte, ofreciendo productos más complejos o especializados tales como seguros de caución que actúen como avales, seguros de protección medioambiental, coberturas frente cancelaciones, garantías sobre el rendimiento energético o protección frente a interrupciones de negocio.

Todos ellos aportan seguridad en el proceso y proporcionan coberturas sobre ciertos riesgos existentes en las fases de desarrollo del proyecto, puesta en funcionamiento y explotación del mismo.

Así, para poder ofrecer protección en entornos de tal complejidad, las entidades deben considerar múltiples factores de carácter tanto financiero como de gestión de riesgos, con el objetivo de establecer primas suficientes para cubrir posibles contingencias futuras en una masa limitada de asegurados. Entre los más relevantes se encuentran: la complejidad regulatoria de las distintas jurisdicciones y localizaciones que abarque el proyecto, la exposición a la volatilidad del mercado de energía o incluso los riesgos asociados a las cadenas de suministro y factores medioambientales, que influyen tanto en la generación de energía como en el mantenimiento de las instalaciones. Por último, no podemos olvidar el riesgo tecnológico y de obsolescencia de los componentes que forman parte de la infraestructura.

Para ello, las entidades focalizan sus esfuerzos en definir estrategias que permitan equilibrar rentabilidad y coberturas garantizando en todo momento su solvencia. La complejidad de las metodologías y herramientas utilizadas por las compañías para la determinación del pricing, coberturas, y en definitiva para la gestión del riesgo asociado a este tipo de proyectos dependerá no solo del tamaño de la compañía, sino también de su estrategia y apetito al riesgo. Algunas herramientas destacadas son el uso de pólizas modulares que permitan la selección de coberturas específicas o parciales para el tomador, asumiendo éste el riesgo no cubierto.

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El aterrizaje de la IA en el sector seguros

Otra alternativa que plantea el sector son los seguros paramétricos, basados en el análisis de datos para la derivación del riesgo, y que se enlazan con la apuesta estratégica actual de las entidades por el uso del Big Data e Inteligencia Artificial, dando lugar, a nuevos servicios de consultoría de riesgos que asesoren en la medición, gestión y posterior mitigación del riesgo, permitiendo ofrecer un mejor precio en la tarificación posterior de los productos de seguros.

La volumetría y especificidad de los riesgos asegurados puede requerir, a su vez, el uso de estructuras compartidas de transferencia de riesgos tales como coaseguros, reaseguros o titulización de riesgos. Los dos primeros, facultan a las aseguradoras para la diversificación de los capitales asegurados y la protección de su estructura financiera. En cuanto a estrategias de titulización, la emisión de bonos catastróficos habilita a las entidades fortalecer su resiliencia operativa, compartiendo el riesgo con inversores, a cambio de primas financieras cubiertas con el rendimiento de las pólizas.

Para finalizar, un aspecto clave para la adecuada gestión de los riesgos por parte de las compañías es disponer de equipos con conocimiento y especialización sectorial, que permitan asimismo acompañar a los principales stakeholders participantes en el desarrollo del proyecto, aportando valor en la identificación de los riesgos existentes a lo largo del proyecto y proponiendo soluciones para mitigar dichos riesgos.