En los últimos tiempos parece que todo el mundo habla del blockchain Pero, ¿qué podría implicar para los auditores? ¿Disponer de información verificada e imposible de modificar reduce la necesidad de auditoría o simplemente cambia el enfoque de las responsabilidades del auditor?
En primer lugar, resumamos rápidamente qué se entiende por blockchain, limitando el análisis a su uso para obtener información financiera y operativa.
El blockchain es una tecnología que puede brindar una verificación permanente e inmutable acerca de transacciones financieras y operativas en tiempo real. Se trata de un registro digital compartido de transacciones o información de cualquier valor entre dos o más partes. Es un libro mayor descentralizado y distribuido, lo que implica que las transacciones se comparten y replican en tiempo real en ordenadores ubicados en cada nodo, lo que brinda una única fuente de veracidad independiente y verificable. Las transacciones se almacenan en «bloques», que pasan a formar parte de una «cadena» contigua, y cada bloque cuenta con una «marca temporal» y está verificado continuamente por los bloques que lo preceden y anteceden. Esto hace que el libro mayor esté práctica y permanente protegido frente a falsificaciones: una fuente de veracidad compartida que utiliza la criptografía pública y privada para firmar transacciones digitalmente.
Si una organización ejecuta su propia cadena de bloques para registrar transacciones financieras u operativas, esta es «privada», lo que implica que la empresa puede escribir su propio código para la cadena de bloques y controlar quién tiene acceso a ella.
A simple vista, esta tecnología podría tener consecuencias de calado para una auditoría. Esta innovación y otras tecnologías de contabilidad descentralizada —si cuentan con el diseño adecuado— podrían ofrecer un registro de transacciones permanente e inmutable. Por tanto, tiene un potencial considerable para impulsar la confianza del usuario en los datos.
Por ejemplo la dirección de una compañía podría desarrollar un contrato inteligente en el marco de la implantación de un sistema de contabilidad distribuido basándose en el blockchain mostrando así de forma veraz e independiente los controles relativos a su uso, así como cualquier cambio y actualización.
Independientemente de qué sistema de información financiera se use, una auditoría requiere que un auditor obtenga evidencia de auditoría adecuada sobre los estados financieros, incluidas las cuentas y transacciones. Seguirán existiendo una serie de consideraciones con respecto al uso de la tecnología blockchain para la presentación de informes financieros, por ejemplo:
La verificación de la aplicación de los mecanismos o protocolos de consenso de las cadenas de bloques puede realizarse mediante la «contabilidad de triple entrada», en donde a los tradicionales registros contables entre dos partes, se les pueden unir una tercera entrada utilizando los denominados “smart contracts”. La capacidad del blockchain para brindar fiabilidad y adaptabilidad adicionales contribuirá a generar confianza en los sistemas de informes y contabilidad financiera a gran escala.
Puede brindar un registro preciso e inmutable de transacciones tanto financieras como operativas. Si los auditores tienen acceso a la cadena de bloques y se ha establecido que pueden basarse en ella, la calidad de la auditoría podría reforzarse mediante el uso de esta tecnología.
Tener acceso constante a la cadena también podría acercarnos más a la auditoría en tiempo real y a las garantías (assurance) constantes. Por ejemplo, las empresas podrían mantener un entorno de control respecto de sus sistemas financieros mediante la monitorización constante de la cadena de bloques y la identificación de cuándo se elude un control.
Para que el blockchain prolifere, la tecnología deberá ser adoptada en gran medida por las empresas, junto con la voluntad de compartir potencialmente un nivel de información superior al que resulta habitual hoy en día. No obstante, está por ver cómo enfocarán las organizaciones este nivel de transparencia exigido.
El debate frecuente y regular entre los organismos de normalización, profesionales, reguladores y demás partes interesadas, tanto a nivel nacional como internacional, ha de servir para supervisar y desarrollar un consenso sobre la obtención de ventajas del uso de tecnologías más avanzadas como el blockchain en la auditoría.
En resumen: el blockchain trae consigo un emocionante potencial para los auditores, y desde la firma participamos de forma activa en debates con clientes, reguladores y otros grupos de interés en paralelo al desarrollo de esta tecnología.
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