En la cumbre del G-20 celebrada el pasado noviembre en Brisbane (Australia), gobiernos de todo el mundo se comprometieron a implementar procesos de aprobación más eficientes y a reducir barreras para la inversión privada, con el objetivo de impulsar la construcción de carreteras, puentes, puertos o vías y, por ende, el crecimiento de la economía. Las infraestructuras, como motor de desarrollo social y económico, volvieron así, una vez más, a ponerse en el centro del debate en un foro internacional; pero, en los últimos meses, se observan algunas tendencias que podrían estar cambiando sus modelos de expansión. Los expertos de KPMG han detectado los siguientes factores que modificarán el mercado de las infraestructuras los próximos cinco años, a los que se suman otros seis que se detallan en el informe 10 Emerging Trends for 2015.
– Riesgos políticos y regulatorios: “La gestión de riesgos no es algo nuevo en el mundo de las infraestructuras, pero en los últimos años se ha incrementado la preocupación de inversores y promotores sobre los potenciales riesgos asociados a las incertidumbres políticas y regulatorias, y no solo en los países en vías de desarrollo”, comenta Cándido Pérez, socio responsable de Infraestructuras, Transporte, Gobierno y Sanidad de KPMG en España. Así lo confirmaron también las grandes compañías constructoras españolas presentes en el V Foro de Infraestructuras ‘Globalización y liderazgo de los grupos españoles de infraestructuras’, organizado el pasado mes de marzo por KPMG. Las zonas calientes marcadas ante estos riesgos fueron África, los denominados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), Argentina y Venezuela.
-Grandes complejidades que empiezan a impedir grandes proyectos: El entusiasmo por los megaproyectos va en aumento en el mundo, pero también se ha incrementado en los últimos años su complejidad. “Algunos de los obstáculos con los que se topan estos megaproyectos son la dificultad para encontrar la financiación adecuada, la burocracia o los largos procesos de aprobaciones a los que se ven sometidos. Otro punto fundamental es la escasez de talento con la formación y experiencia adecuada”, asegura Ramón Poch, socio responsable de Infraestructuras de KPMG en España.
– Los actores del mercado de infraestructuras se vuelven globales: La mayoría de las infraestructuras son locales por naturaleza, pero su mercado se ha convertido en global. Los inversores y las empresas constructoras van más allá de sus fronteras para acercarse donde existan las oportunidades. Ejemplo de ello son los grupos españoles de infraestructuras, que, especialmente tras el estallido de la crisis, cambiaron su modelo de negocio hacia uno más diversificado internacionalmente. Según declaraciones de Ana Pastor, ministra de Fomento, en el V Foro de Infraestructuras, el 40% de las concesiones de transporte en el mundo son a empresas españolas. “Las compañías españolas son líderes internacionales en proyectos de infraestructuras. Hay una calidad alta en sus trabajos y así se les reconoce en el mundo”, puntualiza Cándido Perez.
– El rol cambiante de los bancos de desarrollo y multilaterales: Se percibe un cambio en los modelos de actuación de muchos de los bancos multilaterales y de desarrollo en el mundo. Anteriormente, estas instituciones medían sus resultados únicamente por los fondos que prestaban, pero ahora sus objetivos comienzan a centrarse en la cantidad de capital privado que son capaces de movilizar. “Los bancos multilaterales y de desarrollo tiene un rol crucial en la forma en la que se desarrollan los mercados de infraestructuras y es positivo que se impulse la inversión tanto pública como privada”, puntualiza Ramón Poch.
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