El sector de Private Equity vive una paradoja. Existe una tremenda liquidez pero las oportunidades son pocas y hay una enorme competencia. El próximo ejercicio será un año de intensa actividad donde los inversores buscarán sobre todo compañías resilientes a la covid-19 y que sepan aprovechar tanto las ayudas públicas españolas (líneas ICO) como los fondos europeos (Next Generation EU). Más que nunca, el talento de los gestores se pondrá a prueba.
Vivimos tiempos financieros. CAPCorp Labs es el encuentro de referencia desde hace años para analizar la geografía del Private Equity y las operaciones de M&A en España. Más de 30 expertos de primera línea dialogan en cinco paneles para analizar un espacio que está repleto de riesgos pero también de oportunidades. Los titulares surgen como el orvallo. Van calando poco a poco. “Hay muchas ganas de invertir: sobre todo en empresas que sean resilientes a la covid-19”, repiten varios ponentes. Aquí se reparten, al igual que cartas en una baraja, las telecomunicaciones, las ciencias de la vida, el comercio digital, el sector inmobiliario.
Las jornadas han situado a los analistas en muchos espacios de acuerdo. La liquidez es abundante, los inversores serán cada vez más selectivos, los financiadores con deuda tendrán (aliados con los bancos) un peso cada vez mayor y los buenos profesionales serán capaces de levantar más dinero y más rápido que nunca. Al fondo, las líneas de ayuda del ICO (que, no olvidemos, habrá que devolver en algún momento, algo que algunas empresas no tienen presente) y los 140.000 millones procedentes de Europa, que buena parte deben destinarse a la transición ecológica. Todo esto ocurre dentro de un entorno de inmensa competencia. Hoy en día existen en el mundo 5.500 gestores intentando captar 1,7 billones de dólares (1,4 billones de euros).
Estos son los paralelos y meridianos que definen actualmente el “planeta” del M&A y del Private Equity. Una narración de esperanza. “El ámbito de las fusiones y adquisiciones está más activo que nunca y el Private Equity atraviesa un momento álgido”, resume Fernando García-Ferrer, socio responsable del sector de Private Equity de KPMG en España y responsable de Private Equity de KPMG en EMA. Este es el punto de partida hacia la esperanza. Iberdrola, comenta David Mesonero, Deputy Director of Corporate Development Division, invertirá este año 20.000 millones de euros y cerrarán ocho o nueve operaciones, sobre todo en energías renovables. Y el fondo Permira ha concluido otras ocho. Entre ellas, algunas tan ambiciosas como Idealista o MásMóvil. Este es un ejemplo de la estrategia que viene para quedarse, al menos, durante los próximos dos años. “Existe una preferencia por la calidad. Las operaciones menos claras, sobre todo del middle market, ni se intentarán”, ahonda Javier Loizaga, Chairman de Moira Capital. Es el signo de los tiempos. El año pasado, según Ascri (Asociación Española de Capital Crecimiento, e Inversión), hubo 20 macrooperaciones (superiores a los 100 millones de euros); este ejercicio solo seis. Los inversores se han situado en esa horquilla que va desde los 20 a los 40 millones. El espacio intermedio. Ahí la actividad será profunda. Al fin y al cabo, como recuerda Fernando García-Ferrer, este es un negocio, sobre todo, de pymes y de personas. “La actividad de M&A ha capeado muy bien el temporal y esto demuestra que los gestores están tremendamente especializados y profesionalizados”.
Otra de las señas de identidad de estos tiempos, que mezclan, aunque en distintas proporciones, la incertidumbre y lo previsible, es la polarización. Existen muchas diferencias entre empresas y sectores. El 14 de marzo (fecha del Estado de Alarma decretado por el Gobierno) fue una frontera para algunas y un paso franco para otras. “Tenemos segmentos que han aguantado muy bien y están atrayendo mucha atención. Por ejemplo, todo lo relacionado con los cuidados de la salud, las ciencias de la vida, el mundo online, tecnología, educación, agroalimentación concitan bastantes expectativas por parte de los fondos. Estamos viendo procesos de subastas y un incremento de los precios”, analiza José González Aller, socio responsable de Private Equity de KPMG en España. Al otro lado, hay actividades “muy tocadas”. Transporte, turismo, ocio, retail…
Pero los gestores y las compañías han levantado la vista y han mirado hacia Europa. La “transición verde” debe ser un acicate para estas dos industrias. La poeta y premio Nobel Louise Glück escribió: “Miramos al mundo una sola vez, en la infancia. El resto es memoria”. Y ahí los expertos recuerdan con claridad algunos números. “El fondo Next Generation EU dotado con 750.000 millones de euros establece que el 37% hay que dedicarlo a la transición ecológica”, describe Sergio Martínez-Burgos, director de Private Equity Iberia de Tikehau Capital. Por lo tanto, habrá grandes oportunidades de compra y de desinversión en el segmento “verde”. También, como veremos, una enorme competencia.
Mientras tanto, la vida transcurre en el presente y en el pasado. Aquilino Peña, presidente de Ascri y socio fundador de Kibo Ventures, gestiona un portfolio de 30 compañías. “El titular que lanzo y que ha sido clave en estos meses es: ‘preservar la caja’. Si el 14 de marzo la compañía tenía mucho dinero, o le faltaba, ha sido clave”. Son palabras que comparte Jerónimo Olleros Vázquez, Head of Portfolio Management de Ferrovial Aeropuertos. “Han sido unos meses de optimizar todo lo posible y buscar eficiencias y hacer un exhaustivo análisis de los costes”. Sin embargo, en esta época tan compleja más que nunca urge ver el mañana. “Pese a que sea difícil tenemos que tener esa ambición de la mirada a largo plazo”, plantea Manuel Carrera, socio de Transaction Services de KPMG en España. “La primera parte del año que viene será dura, hay que ajustar los números y habrá también un ajuste entre los precios que quieren los compradores y los que los vendedores están dispuestos a ofrecer”.
Sin embargo, la dificultad no quiere decir que no haya operaciones o que el negocio sufra. Las líneas ICO, los ERTES y las ayudas europeas, que empezarán a llegar en junio de 2021, tendrán también su recompensa. Es cierto que han tenido un efecto bipolar. Las líneas ICO, entre otras, han ido a parar a muchas empresas “zombis” (inviables sin soporte Estatal) y esto ha generado niebla a la hora de aventar el grano de la paja. De todas formas, en el otro lado, se despeja, algo, esa neblina. “2021 será un año de oportunidades”, aventura Alfonso Junguitu, socio responsable de Turnaround, Transformation & Working Capital de KMPG en España. “Por dos factores: todo lo que se ha puesto en marcha con los créditos ICO y los ERTES tiene un impacto significativo y gracias a ellos muchas empresas están pudiendo aguantar. Además, bastantes firmas en vez de hacer los deberes con rapidez están esperando a ver cómo se comporta la economía española en los próximos meses. En otros países europeos la estrategia es la contraria”. Esto quiere decir que existirán oportunidades distress al igual que en esas compañías zombis. ¿De qué forma? “Para los fondos, inyectando equity y también comprando deuda con el fin de reestructurar los balances”, subraya Eduardo Navarro, socio fundador de Sherpa Capital. Eso sí, “lo que resulta innegociable es que ese dinero que llega de Europa se destine a la transformación y no a tapar pérdidas empresariales”, avisa Alfonso Junguitu.
Gran parte de la respuesta a esta crisis vendrá de la relación entre el espacio y la velocidad: el tiempo. Cuántos meses, por ejemplo, aguantarán los ERTES antes de ser ERES y de ahí lleguen a despidos. Son ecuaciones llenas de variables. Un álgebra de retos para los expertos. “Aunque haya una recuperación en 2021, las cosas no volverán a la posición que teníamos en diciembre de 2019. Para recuperar tu Ebitda [beneficios antes de impuestos y amortizaciones] de ese año tendrá que pasar bastante tiempo. Ese gap es una pérdida para el negocio y solo se puede solucionar con capital o con una vida media muy larga del préstamo que te permita recuperarte”, estima Gonzalo Montes, socio responsable de Debt Advisory de KPMG en España. Sin embargo, el empresario no está solo, y aunque falte visibilidad, los bancos están ayudando a aportar liquidez. “Hemos estado muy involucrados en los programas de inyección de capital a través del ICO”, relata Jean François Guicheteau, head of Leveraged Finance en BBVA.
Porque, incluso, con sus propias contradicciones, el mundo financiero sigue rotando. “Estamos buscando empresas que sea resilientes a la covid-19 y estas son un 40% o 50% de las firmas naturales. Tanto desde el punto de vista del Private Equity como de deuda, los proyectos son muy competitivos. Hay menos oportunidades pero los mismos jugadores”, explica Luis Felipe Castellanos, Managing Partner de Alantra Private Debt. El planeta del M&A y del Private Equity continúa muy activo buscando su tierra de oportunidades.
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