Sí, no nos hemos vuelto locos, la tecnología más puntera, la que genera más debate en los foros científicos y tecnológicos, la que nos asombra e inquieta continuamente con nuevos desarrollos cognitivos, resolviendo ecuaciones imposibles o llevándonos a Marte es, en realidad, puro negocio.
En el estudio Thriving in an AI World, las empresas informaron, en promedio, de mejoras de productividad del 15% dentro de sus proyectos relacionados con la inteligencia artificial. A escala, para grandes empresas, esas mejoras pueden traducirse en decenas de millones de euros en nuevos ingresos y eficiencias. Estos márgenes de beneficios son comparables a las mejores líneas de negocio que han resistido en un mundo COVID.
Entonces, ¿en qué consiste exactamente esta nueva línea de negocio que puede beneficiar a su empresa?
La Inteligencia artificial (IA) se está utilizando para crear experiencias humanas muy relevantes con clientes, incrementando su conocimiento, la personalización de servicios y la satisfacción en tiempo real, para mejorar la captación de nuevos clientes, y la fidelización y el aumento del valor de los existentes, a partir de conocimientos que son difíciles o imposibles de identificar de otra manera.
Otro ámbito de aplicación de la IA es la hiperautomatización empresarial, reemplazando tareas humanas administrativas basadas en texto, imagen o conversación, liberando recursos para iniciativas más estratégicas. Las empresas que se beneficiarán más de la IA en este ámbito serán aquellas que integren humanos y máquinas de formas innovadoras y productivas, creando capacidades aumentadas para su fuerza laboral, así como para sus clientes.
La IA también se está utilizando para optimizar y acelerar el cumplimiento de los requisitos regulatorios, el descubrimiento y la optimización de los procesos operativos y la generación de modelos comerciales completamente nuevos.
Y esa es solo la punta del iceberg de la IA. Otros de nuestros clientes están aplicándola a la predicción de ventas y presupuestos, la gestión dinámica de precios, la optimización de la logística y transporte, la identificación y cotización de siniestros, la anticipación a incidencias, el análisis de las redes de relaciones de los clientes, el análisis de fraude externo e interno, el incremento de la seguridad, la generación de contenidos, la optimización de recursos TI, y un largo etc.
Todos estos son beneficios totalmente tangibles. No es de extrañar, entonces, que los líderes corporativos entrevistados por KPMG afirmaran que sus inversiones relacionadas con la IA aumentarán entre un 50% y un 100% para 2022.
Si bien el alcance y el enfoque de las implementaciones de IA pueden variar ampliamente de una empresa a otra, o incluso entre áreas funcionales dentro de una organización, está surgiendo una verdad general: la IA debe integrarse en el marco de planificación estratégica de una empresa. Las organizaciones más maduras están conectando la IA a casos de uso en el front, middle y back office, algo que en KPMG llamamos Connected Enterprise.
En consecuencia, determinar cómo encajan las inversiones en IA en los presupuestos de tecnología, los cambios en el modelo operativo, el desarrollo del talento y el impacto en el cliente debe ser una consideración vital para la alta dirección corporativa.
Sin embargo, muchos directivos aún tienen serios problemas para identificar las verdaderas aplicaciones útiles de la IA en las necesidades de su negocio. A esto tampoco ayuda el hecho de que los conceptos en torno a esta tecnología se hayan diversificado y mezclado. Es imposible seguir su desarrollo: machine / deep learning, natural language processing, computer vision, automatic speech recognition, convolutional neural network, probabilistic facial embeddings, etc. No obstante, lo único que debe importarnos es la pregunta, ¿en qué puede ayudarme realmente en mi negocio?
KPMG preguntó a 950 líderes empresariales de siete sectores sobre la adopción de la IA de sus empresas durante 2020 y descubrió sorprendentemente que muchos están viendo una aceleración a consecuencia del COVID-19, incluso catalogada de vertiginosa o “demasiado rápida” en algunos casos.
Las pymes (88%) y las grandes empresas (80%) confirmaron que la tecnología de inteligencia artificial ayudó significativamente a su empresa durante el brote de COVID-19. Industria (93%), Servicios Financieros (84%), Tecnología (83%), y Consumo (81%), son los que sectores que con mayor rotundidad lo afirman. Además, varias industrias experimentaron un aumento significativo con respecto al informe del año anterior servicios financieros (aumento de 37%), sector minorista (aumento de 29%) y sector tecnológico (aumento de 20%).
En comparación con el informe del año pasado, las compañías están más interesados en la participación del Gobierno en el control, regulación e impulso de la IA, en especial los servicios financieros aumentando su necesidad en un 27%, el comercio minorista en 24% y el sector tecnológico en un 17%.
No cabe duda de que las empresas son conscientes del papel que desempeñará la IA en su negocio Las empresas deben plantearse cómo está impactando la IA en la dirección estratégica y en qué medida está contribuyendo a alcanzar o mantener el liderazgo de su sector. En definitiva, tienen que determinar de qué modo convertirán la IA en puro negocio.
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