La pandemia sigue presionando a las empresas para buscar estructuras de capital sostenibles. A consecuencia de la liquidez en el mercado conviven tanto la actividad de fusiones y adquisiciones, como la de reestructuraciones.
En la crisis de 2008, el PIB se desplomó debido a una falta de liquidez que se tradujo en un descenso de las inversiones y en un incremento del desempleo. La crisis generada por la pandemia, ha venido determinada por una caída de la oferta como resultado de los confinamientos decretados por los gobiernos, que han afectado tanto la demanda, como de nuevo a la oferta, lo que ha afectado igualmente al desplome del PIB. Sin embargo, la liquidez no ha sido un problema gracias a las medidas fiscales y financieras que los Gobiernos han puesto a disposición de sus economías, así como a los expedientes de regulación temporal de empleo que han permitido evitar un incremento significativo del desempleo, por lo menos hasta la fecha. Estas medidas han generado un aumento considerablemente de la deuda pública, lo que afectará a la evolución futura de la economía. En paralelo, los bancos centrales han adquirido pagarés, mantenido los tipos de interés bajos y han facilitado liquidez a las instituciones financieras. La pandemia también ha acelerado la transformación de determinados sectores, la forma de trabajar, la digitalización y la importancia de la sostenibilidad.
El alcance total de la recesión sin duda afectará al mercado de reestructuraciones, pero la abundancia de liquidez y la recuperación que China y Estados Unidos están teniendo, va a propiciar procesos de restructuración que en nada tendrán que ver con los vividos en la crisis anterior.
En una presentación reciente en la London Business School, tuve la ocasión de poner de manifiesto los siguientes cambios que previsiblemente marcarán los procesos de reestructuración:
KPMG tiene la oportunidad de asesorar a nuestros clientes en diferentes sectores e industrias, con una oferta integrada de Deal Advisory y consultoría de negocio, para los procesos de transformación operativa, digital, medioambiental y financiera, tanto en operaciones de deuda (financiación y refinanciación) como de capital (fondos de solvencia estratégicos, fusiones y adquisiciones, y mercado de capitales).
Deja un comentario