Todos los momentos históricos dejan tras de sí importantes aprendizajes para la economía, las empresas y la sociedad en su conjunto. Nos invitan a reflexionar, afianzan nuestras convicciones y refuerzan el papel del propósito y los valores en nuestra toma de decisiones. Sin duda, la disrupción vivida en el último año nos ha permitido extraer numerosas lecciones, pero sobre todo ser conscientes de una verdad: la única certeza con la que contamos es que el futuro es incierto. Aunque también sabemos que, como sociedad, si nos mantenemos unidos somos capaces de superar con éxito todos los obstáculos.
La convivencia con la incertidumbre nos obliga, más si cabe, a ser capaces de superarnos, de adaptarnos ante cualquier situación sin perder de vista quiénes somos y cómo queremos ser. A ser capaces de reaccionar con agilidad sin desviar el rumbo hacia nuestro destino: consolidarnos como una economía sostenible, digital y humana en la que las personas estén en el centro de todas las decisiones.
Este periodo crucial en el que nos encontramos coincide con una efeméride muy especial para KPMG: el 50 aniversario de nuestra presencia en España. Una ocasión que nos inunda de satisfacción y nos recuerda todavía más la importancia de trabajar a largo plazo y de construir una estrategia en torno al propósito y los valores.
Nuestra razón de ser como firma de servicios profesionales ha sido siempre la misma, proveer de confort a los mercados y ayudar a nuestros clientes a convertir la disrupción en oportunidad para continuar adelante incluso en los momentos en los que resulta más complicado, contribuyendo con ello a mejorar las comunidades en las que estamos presentes. Ahora, con el objetivo de generar confianza e impulsar el cambio, cumplimos cinco décadas con la misma vocación y con la recompensa de mirarnos a los ojos con la convicción de que estamos construyendo una firma mejor cada día para nuestros profesionales, para nuestros clientes y para el conjunto de la sociedad.
Nos encontramos, además, en un momento crucial para el futuro de la humanidad. En Europa, ante la aceleración que han experimentado tendencias que ya estaban en marcha -especialmente las relacionadas con la digitalización y la tecnología- debemos aprovechar esta oportunidad sin precedentes para desarrollar iniciativas transformadoras que nos den velocidad extra para liderar la transición a la economía del conocimiento, la ciencia, la tecnología y la sostenibilidad.
Un momento tan relevante y una ocasión tan especial requerían llevar a cabo una reflexión conjunta igualmente amplia. Por ello, hemos invitado a los primeros ejecutivos de las empresas más relevantes de los diferentes sectores de nuestro tejido empresarial, así como a los principales líderes institucionales, a compartir con nosotros su punto de vista sobre las grandes cuestiones que ahora mismo están sobre la mesa de los órganos de dirección de las empresas, de los reguladores, de los financiadores o de los consejos: la digitalización, la transformación sostenible, la ética, el talento y las reformas más urgentes y necesarias para labrar una economía resiliente.
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