Con una amplia experiencia en el sector financiero, Luis Isasi es consciente de lo retador del entorno, pero valora el relevante papel de la banca para impulsar una economía más sostenible, resiliente y digital. El directivo sitúa la confianza como uno de los pilares sobre los que asentar el futuro, para lo que apuesta por continuar trabajando en la aportación de valor a la sociedad y las compañías en este periodo transformador.
Las acciones que llevemos a cabo en la próxima década serán clave para afrontar la emergencia climática. Este es un asunto prioritario para Banco Santander. Estamos, por ello, adoptando decisiones de gran envergadura que tendrán impacto no sólo en nuestra forma de operar, sino en la forma de actuar de nuestros clientes.
Por su ambición y alcance, destacaría el compromiso de alcanzar cero emisiones netas en 2050, para lo que se ha diseñado una hoja de ruta que implicará dejar de financiar gradualmente determinados sectores o industrias. En paralelo, como banco global tenemos una gran capacidad de movilizar fondos para proyectos sostenibles y nos hemos fijado la meta de facilitar 120.000 millones de euros de financiación verde entre 2019 y 2025.
La pandemia ha acelerado el proceso de transformación digital en el que estaba inmerso desde hace años la economía y la sociedad. En el caso de Banco Santander, el número de clientes digitales ha crecido en el grupo hasta los 44 millones. Hoy, la mitad de las ventas se realizan ya por canales online.
Santander está adaptando su estructura y su modo de operar al ritmo al que lo hacen nuestros clientes. A su vez, estamos invirtiendo en capacidades digitales para crecer en los negocios de pagos y comercio internacional, principalmente. La competencia con otros players es positiva, pero debe realizarse bajo la premisa de que la misma actividad debe estar sometida a la misma regulación, sin importar el sector al que perteneces.
Nos sentimos muy orgullosos del papel que ha jugado el sector bancario durante la pandemia, bombeando liquidez y ofreciendo facilidades de pago para evitar el cierre de empresas y particulares solventes que atravesaban un momento de extrema dificultad.
Esa misma responsabilidad continúa ahora, en la fase de la recuperación. Para ello, continuaremos apoyando a nuestros clientes a través de financiación, ofreciendo soluciones a sus problemas y actuando como facilitadores y amplificadores de los fondos europeos, que constituyen una gran oportunidad para transformar la economía hacia un modelo más digital, sostenible y competitivo.
La confianza es un factor crítico que determinará el futuro de nuestro sector. Es difícil ganarla y muy fácil perderla, y por eso es fundamental actuar con enorme responsabilidad y una constante vocación de servicio. Pensamos que nuestra actuación durante la pandemia ha mejorado la percepción de la sociedad hacia Banco Santander.
Las encuestas nos sitúan como el banco que más ayuda ha prestado. La relación de proximidad, sumado a la capacidad de ofrecer una buena experiencia de usuario a través de canales digitales, crea una combinación con una extraordinaria fuerza en este sentido. A ello se suman otros aspectos críticos a los que los clientes prestan cada vez más atención, como la privacidad de sus datos.
La senda de transformación es clara e intuyo un progresivo crecimiento de la actividad a través de canales digitales, pero sin perder la importancia de la red de oficinas y la atención personal. Banco Santander tiene un gran potencial de crecimiento en los próximos años.
Seguiremos utilizando la digitalización como herramienta básica para ganar cuota en el mundo de los pagos y del comercio internacional. Somos un banco global y tenemos el tamaño y la escala adecuada para competir en este entorno que se presenta.
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