Ernesto Antolin es consciente de los retos de la profunda transformación del sector de automoción, pero confía en su potencial para hacer de España un país más competitivo y generador de empleo de calidad. El directivo subraya la necesidad de incrementar el peso de la industria en la economía, impulsando la I+D+i y las nuevas tecnologías. Además, insta al consenso para garantizar la formación de los profesionales del futuro en las capacidades y habilidades necesarias en un nuevo entorno, más global y digitalizado. Pero en el que, sin duda permanecerán en el tiempo los valores intrínsecos a la empresa familiar.
RESPUESTA. La sostenibilidad es la piedra angular sobre la que se asienta el negocio de las grandes empresas, lo que conlleva una medición como primer paso para una correcta gestión del negocio que dé respuesta fiable y transparente a las expectativas de nuestros grupos de interés. En este sentido, los desafíos van desde temas más metodológicos para estandarizar, comparar los datos y controlar su calidad, hasta ser capaces de contabilizar el valor de los intangibles en los balances financieros, así como cuantificarlos y anticipar riesgos y oportunidades. También es necesaria una mayor alineación de los objetivos y la medición de las empresas con los reguladores y la administración.
Las cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza son capitales en el futuro de las empresas, al igual que en la agenda de la recuperación económica del país. El desempeño sostenible de una empresa y su análisis van a pasar a un primer plano frente a los criterios de evaluación tradicional, mientras que la información no financiera tendrá igual relevancia que la financiera. Todo esto en el contexto de una mayor exigencia regulatoria en estos temas con el foco en la fiabilidad, la comparabilidad y la utilidad de la información.
Estamos ante una oportunidad histórica para que la industria española, que es la segunda de Europa, encabece la transformación del sector. Para lograrlo, es necesario que España tenga una estrategia industrial como país, creando un entorno que propicie la I+D+i y el desarrollo tecnológico, y trabajando en cuestiones claves, como la movilidad sostenible, segura y autónoma o la fabricación inteligente.
Es esencial impulsar la innovación mediante más beneficios ficales y ayudar a las empresas aprovechando los fondos Next Generation EU. Esta financiación debe apoyar proyectos verdaderamente transformadores que mejoren la competitividad y el perfil tecnológico y digital de la industria. Además, este entorno debe asentarse sobre una estrecha colaboración entre grandes empresas, pymes, star-ups y centros tecnológicos, involucrando a toda la cadena de valor y con una estrecha cooperación con las Administraciones y el mundo universitario.
Las empresas necesitamos profesionales con nuevas habilidades y formación en las tecnologías más disruptivas. El mundo educativo tiene que mirar más a las compañías, adaptándose a sus necesidades reales. Así podremos aprovechar juntos el potencial que ofrece la transformación tecnológica en términos de empleabilidad. Hay que trabajar en una mayor adaptación de los programas formativos a los conocimientos y habilidades específicas que demandan las empresas en los campos de la digitalización de procesos, automatización e industria avanzada sin olvidar la mejora de la Formación Profesional.
Además, los itinerarios formativos deben preparar mejor a los estudiantes para trabajar en equipos multidisciplinares, gestionar proyectos y tener una visión más internacional del negocio. Las empresas necesitamos a los mejores profesionales e incorporar el talento más valioso si queremos liderar nuestras industrias, por lo que somos las primeras interesadas en tener un sistema educativo de primer nivel.
Es en los momentos difíciles como el que hemos vivido en los últimos meses cuando los valores de una empresa familiar se hacen más presentes. La humildad, el esfuerzo, la solidaridad y el espíritu familiar son valores que han permitido a Grupo Antolin afrontar la crisis de la COVID-19, que ha afectado a las personas y su salud y ha generado mucha incertidumbre y desasosiego. Las grandes compañías se forjan en los momentos difíciles, superando la adversidad con unidad, determinación y apoyados en sus valores.
Es perfectamente compatible que una empresa sea una multinacional líder en su campo mientras mantiene los valores fundacionales que le dieron el carácter familiar. Esto requiere mantener una estrecha comunicación a todos los niveles; dar ejemplo desde arriba, desde el primer nivel directivo, y transmitir bien esos valores para que se vayan interiorizando en el día a día de todos los colaboradores.
Tenemos que trabajar para que nuestra economía sea más competitiva, eficiente y productiva apoyándose, como he comentado, en la innovación en producto y proceso, en la tecnología y en la digitalización. Al mismo tiempo, España debe ofrecer a las empresas seguridad económica y normativa y estabilidad en el largo plazo para seguir siendo un país atractivo para las inversiones.
Y si queremos que nuestra economía acelere su recuperación, hay que apostar decididamente por la industria, y por el sector automovilístico, que ha sido clave para salir de otras crisis. La industria genera empleo de calidad, riqueza y conocimiento y tiene un poder tractor de todo el tejido productivo al ser demandante de tecnología de alto valor añadido.
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