La resiliencia y la capacidad de adaptación han formado parte del ADN de Jaume Miquel durante toda su trayectoria profesional. Apoyado en estas capacidades afronta el futuro de un sector inmerso en una profunda transformación, con un consumidor más digitalizado y exigente con la aportación de las marcas a la sostenibilidad. Bajo esta premisa, el directivo sitúa en el centro de la estrategia el impulso de la calidad, el compromiso con el medioambiente y la fusión entre el mundo físico y el digital.
RESPUESTA. Se ha avanzado mucho en lo social desde que Naciones Unidas estableció los objetivos del milenio a través del Pacto Mundial al que Tendam se adhirió en 2002, pero el lanzamiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) incorporó con fuerza la sostenibilidad. Las alianzas colectivas sectoriales (ODS 17) The Fashion Pact, Better Cotton Initiative, Zero Discharge, los sistemas colectivos de auditoría de Amfori o Ethical Trading Initiative y los compromisos de Naciones Unidas como el Global Compact o el UN Fashion Industry Charter For Climate Action son un factor acelerador para que la moda sea palanca transformadora. En nuestro caso, los ODS son parte fundamental de nuestra estrategia ESG desde su lanzamiento hace cinco años.
Con la digitalización las tiendas serán centros experienciales donde se trabajará en el engagement de las marcas con sus comunidades y su estilo de vida. Poder interactuar y empatizar con el cliente, pero con un respaldo en la inteligencia artificial y la gestión activa de datos. Será relevante la capilaridad de la tienda física, que funciona como hub logístico de servicio contribuyendo a un digital altamente rentable. En Tendam ya somos un ecosistema 100% omnicanal en el que la tienda física,con 210 millones de visitas y los canales digitales, con 150 millones de visitas, están totalmente conectados. Llevábamos tres años trabajando y lo hemos impulsado en este año con especial enfoque en la tecnología y la capacidad logística de la tienda del futuro.
Es la clave del éxito y yo tengo el privilegio de estar respaldado por un excelente equipo con cuya incorporación estamos transformando profundamente la compañía. Un proyecto estratégico y transformador tiene que estar apoyado por un equipo directivo capaz e ilusionado y una organización con ganas de ganar y orgullo de pertenencia. Debe estar muy fortalecido en el área de clientes tanto para gestionar el conocimiento y el servicio como para entender la segmentación y la experiencia de marca, así como en tecnología, operaciones y logística, capacidad de gestión y motivación de las personas y gestión financiera, con una visión conjunta de gobernanza, impacto social y medioambiental.
Se han acelerado algunos aspectos que estaban en cierto modo latentes como la sostenibilidad, el consumo responsable, la digitalización y la importancia de determinar qué es prioritario. El mundo ya no va a volver a ser como en 2019 y la disrupción ha ganado terreno como la mejor forma de afrontar el futuro, volver a crecer e ilusionar con proyectos nuevos que tengan sentido y ligados a las fortalezas de las organizaciones.
Las empresas deberán ser rentables, por supuesto, pero con un modelo socialmente consciente y ambientalmente sostenible. Un modelo que persiga el impacto positivo en las personas y el planeta.
Las alianzas sectoriales han sido clave para fijar objetivos que solo con iniciativas individuales no podrán alcanzar para dirigir los esfuerzos a aquellos en los que más podemos influir como las materias primas en aspectos de biodiversidad, circularidad y huella ambiental, el impacto social en la cadena de suministro y la lucha en la erradicación de plásticos innecesarios para proteger mejor los océanos.
Las grandes compañías podemos ejercer de efecto tractor para mejorar sustancialmente el impacto del sector e influir en los clientes ofreciendo una moda más sostenible y atemporal que recupere el valor de las prendas frente al volumen que se genera cuando se queman tendencias constantemente.
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