Como cada año por estas fechas, el Instituto de Auditores Internos publica un estudio con los riesgos más significativos a tener en cuenta por el auditor interno de cara a su plan de auditoría a tres años. En el último publicado hace una semana, 2022 Risk in Focus report, se pone de manifiesto que por primera vez uno de los cinco riesgos más relevantes identificados es la continuidad de negocio, gestión de crisis y respuesta a los desastres, permaneciendo en quinta posición para este año y subiendo a la cuarta para el año 2022 e incluso manteniéndose en estas posiciones para 2025. Conclusión: la continuidad de negocio va a ser un asunto crítico para las funciones de auditoría, al menos, para los tres próximos años.
Por nuestra experiencia y análisis de tendencias que veremos a continuación, desde KPMG consideramos que incluso podría convertirse a futuro en un riesgo “estructural” como otros emergentes como el cambio climático por la repercusión en los tiempos de incertidumbre actuales.
En las cuatro posiciones anteriores se encuentran riesgos recurrentes como la ciberseguridad y la seguridad del dato, cambios en regulaciones y leyes, disrupción digital, nueva tecnología e inteligencia artificial, capital humano, diversidad y gestión del capital. Si nos fijamos, resulta curioso que esos cuatro riesgos específicos, podrían incluirse dentro del paraguas de continuidad de negocio y resiliencia operativa en el sentido amplio y estratégico del término, dado que involucra aspectos de tecnología, personas, operaciones por el impacto regulatorio e infraestructuras.
De cara al auditor interno, el propio estudio indica literalmente, como señalaba Richard Chambers recientemente en su blog, que “el cambio y la incertidumbre definirán el 2022 y los siguientes años. La auditoría interna debe comprender este cambio en el mundo exterior, analizar cómo cree que la organización se está adaptando a estas presiones e identificar qué tan eficazmente se están gestionando los riesgos asociados”. Asimismo, los aspectos más críticos dentro de los sistemas de continuidad de negocio que destacan son el incremento de las regulaciones “sostenibles”, las tensiones en la cadena de suministro, la “fatiga” de la fuerza laboral y la erosión cultural, así como la salud y seguridad con la amenaza aún de la COVID-19 (y a nuestro modo de entender, extensiva a cualquier otro fenómeno similar relacionado con la salud).
Como buena auditora, acudiendo a los números e Insights a este respecto de estudios internacionales, podemos hacer una radiografía de la situación actual. A continuación, resumo los aspectos y estudios más relevantes recientes del panorama internacional.
De acuerdo con un estudio benchmark de tendencias a largo plazo sobre continuidad de negocio del Business Continuity Institute (BCI) Horizon Scan Report 2021:
Este mismo instituto en otra publicación, The Future of Business Continuity and Resilience BCI, afirma que:
De acuerdo con un estudio de la Asociación de Auditoría y Control de Sistemas de Información (ISACA, por sus siglas en inglés), de mayo de 2021, Key Considerations for Business Continuity and Disaster Recovery, el papel de los auditores internos es fundamental actualmente y de cara a futuro en esta materia:
Un informe de la Organización Internacional de Comisión de Valores (IOSCO, por sus siglas en inglés) de mayo de 2021, Thematic Review on Business Continuity Plans with respect to Trading Venues and Intermediaries Final Report IOSCO, expone recomendaciones respecto a cómo los reguladores deben ejercer mayor presión para asegurar unos efectivos sistemas de gestión de continuidad de negocio, en particular que las empresas:
Finalmente, la reserva federal de Estados Unidos ha elaborado otro documento de buenas prácticas en esta materia, Sound Practices to Strengthen Operational Resilience, en el que profundizaremos en próximos artículos.
En definitiva, la gestión de la continuidad de negocio es un riesgo que se encuentra en el Top 5 para los auditores internos a nivel global y, por tanto, cabe esperar que este riesgo esté ya integrado o aparezca en los planes de auditoría de este año y de los venideros. De cara a poder establecer un plan razonable, puede comenzarse por la realización de un diagnóstico que permita poner el foco en los asuntos críticos del sistema incluyendo en los planes de auditoría estos asuntos cada año. Como decía Nelson Mandela, “no busques el momento perfecto, solo busca el momento y hazlo perfecto”.
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