Al tiempo que los gobiernos de muchos países están emprendiendo acciones para combatir el cambio climático e introduciendo nuevas medidas relacionadas con las emisiones de CO2, muchas compañías han de realizar ajustes en sus operaciones y algunas incluso deberán planificar cambios a más largo plazo para cumplir con los objetivos climáticos. Las alternativas u opciones a valorar por la dirección son múltiples al introducir la variable de las finanzas sostenibles. En unos casos, la dirección de la empresa puede valorar el cierre de algunas actividades; en otros, sin embargo, habrá empresas que tengan intención de explorar una nueva oportunidad de negocio. Todas estas acciones pueden desembocar en una reestructuración.
Por sí solas, las intenciones de los gestores no tienen por qué dar lugar al registro de una provisión por reestructuración en los estados financieros. La provisión por reestructuración se reconoce solo cuando se cumplen unas condiciones concretas, y exclusivamente en lo que respecta a los costes considerados aptos. Estos mismos criterios aplican para aquellas situaciones motivadas por las decisiones que tome la compañía derivadas del objetivo de desarrollar una actividad más sostenible.
Las NIIF proporcionan pautas específicas sobre cuándo reconocer una provisión por reestructuración, y por qué importe. Una reestructuración es un programa de actuación, planificado y controlado por la dirección, cuyo efecto es un cambio significativo en el alcance de la actividad o en la manera de llevarla a cabo. [NIC 37.10].
Según la NIC 37 Provisiones, pasivos contingentes y activos contingentes, se registra una provisión por reestructuración solo cuando se cumplen las dos condiciones que figuran a continuación:
Por ejemplo, supongamos que una compañía decide cerrar una de sus centrales de carbón para cumplir los objetivos climáticos. Si la compañía anuncia su plan, concretando la central que se va a cerrar, el plazo estimado hasta dicho cierre, y el número aproximado de empleados que causarán baja por esta decisión , entonces se reconoce una provisión por reestructuración. La aprobación del plan de reestructuración por parte del consejo de administración de la compañía no basta, en sí misma, para que se reconozca una provisión por reestructuración. [NIC 37.75].
Las indemnizaciones por cese para aquellos trabajadores sujetos a un expediente de rescisión de empleo como parte de una reestructuración se reconocen conforme a los requisitos específicos de la NIC 19 Retribuciones a los empleados.
Según la NIC 37, las provisiones por reestructuración solo incluyen los costes directos de la reestructuración; p. ej. las indemnizaciones por cese y los honorarios de consultoría directamente relacionados con la reestructuración, las provisiones por contratos onerosos, los gastos de resolución de contratos y los gastos previstos desde el cese de operaciones hasta la enajenación definitiva. [NIC 37.80]
Los gastos asociados con las actividades en curso no forman parte de las provisiones por reestructuración. Por ejemplo, los costes de reciclaje o traslado del personal, gastos administrativos o de marketing, y las inversiones en nuevos sistemas no se reconocen en la provisión por reestructuración. [NIC 37.81]
Las provisiones se vuelven a valorar en cada fecha de presentación de la información para reflejar cualquier cambio en la mejor estimación del importe o la cronología de las salidas de flujos o los cambios en las tasas de descuento. [NIC 37.36, 59]
Las compañías han de proporcionar desgloses claros, significativos y transparentes acerca de la naturaleza de la provisión por reestructuración, los movimientos en esta durante el periodo de información, la cronología prevista de las salidas de flujos de beneficios económicos, y las incertidumbres asociadas. [NIC 1.98(b), 125, 37.84, 37.85(a)–(b)]
En estas situaciones, es recomendable poner foco en las siguientes acciones:
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