Volver a Horizonte 2030

La clave está en la colaboración

Si el futuro lo construimos juntos, la colaboración entre empresas, entre sector público y privado y con el mundo educativo será un pilar esencial.


Participantes en este encuentro
Aner Garmendia
Aner Garmendia
CEO de EGA Master
Iñigo Gil-Casares
Íñigo Gil-Casares
Director de Cooperación Institucional y Empresarial de ICEX España Exportación e Inversiones
Cándido Pérez
Socio responsable de Infraestructuras, Transporte, Gobierno y Sanidad de KPMG en España
Carmen Piñán
Carmen Piñán
Directora de Comunicación de Negocio de Agbar
Ignacion Sierra
Ignacio Sierra
Director general corporativo de Tendam

“Si quieres ir rápido, vete solo. Si quieres ir lejos, vete acompañado”. Un viejo refrán aún sirve para explicar de forma sencilla desafíos tan complejos como el nuevo ecosistema empresarial e institucional que se está conformando con la digitalización y para hacer frente a la sucesión de crisis globales. Un modelo que sitúa la colaboración en el centro de la estrategia empresarial. Aner Garmendia, CEO de EGA Master, abrió con esta cita el debate sobre colaboración, el último de los seis encuentros de ‘Horizonte 2030: creando juntos un nuevo futuro’, organizados por KPMG y el Foro de Marcas Renombradas Españolas.

Pero ¿cuándo comenzó esta era de colaboración? Aunque existe la sensación de que la aceleró la pandemia, lo cierto es que los mimbres ya estaban puestos. Para Cándido Pérez, socio responsable de Infraestructuras, Transporte, Gobierno y Sanidad de KPMG en España, se trata de una colaboración cruzada que implica a tres tipos de agentes: el mundo del conocimiento, el mundo empresarial y la Administración.

“El fundamento del desarrollo y del progreso económico está en la calidad de las instituciones y la educación”, señaló el socio de KPMG citando la idea que popularizaron en ‘Por qué fracasan los países’ Daron Acemoglu y James A. Robinson, profesores de economía en el MIT y en Harvard, respectivamente, y que sigue vigente una década después.

“Ya antes de que llegara el Covid estábamos viendo que el entorno de competencia global en un mundo digitalizado estaba obligando a colaborar mucho más allá de un sector determinado”
Cándido Pérez, Socio responsable de Infraestructuras, Transporte, Gobierno y Sanidad
KPMG en España.

En el mismo sentido se pronunció Aner Garmendia: “La pandemia ha acentuado esa necesidad de colaboración. Nos ha abierto los ojos para ver que se puede colaborar incluso con la competencia, con empresas del sector, a través de asociaciones y clústeres, con centros tecnológicos, con las instituciones y con los centros educativos”.

La pandemia, apuntó el CEO de EGA Master, nos ha enseñado cuáles son nuestras limitaciones. “Algunas eran visibles y otras no. Y la colaboración nos puede ayudar a paliar esas debilidades y acentuar esas fortalezas”, subrayó.

La colaboración público-privada: es hora de escuchar a las empresas

La colaboración público-privada ha sido incluso refrendada por Naciones Unidas. El director general corporativo de Tendam, Ignacio Sierra, recordó que el Pacto Mundial de la ONU certificó a las empresas como agentes de cambio y les ha dado un protagonismo en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Porque “generando riqueza en otros países generamos riqueza en el nuestro”, aseguró.

En este sentido, el directivo de Tendam, empresa que en la actualidad cuenta con presencia en más de 80 países, afirmó que el gran paso para una compañía va más allá de exportar: “cuando generas riqueza en todo el mundo y te conviertes así en una empresa realmente internacional”.

Es fundamental que las administraciones públicas, desde las locales a las internacionales, entiendan los marcos operativos de las empresas. Que las empresas expliquemos a quienes redactan normas, procedimientos y reglamentos los entornos reales en los que nos movemos”
Ignacio Sierra, Director general corporativo
Tendam

Y sobre cómo impulsar la colaboración para hacer realidad esta meta, el directivo de Tendam aclaró que no se trata de pedirle al Estado que sea un paraguas, sino que las administraciones, organismos y los distintos ministerios implicados se apoyen en la experiencia de las compañías. Y defendió la importancia de la diplomacia económica para abrir fronteras y mercados, algo que no sería posible sin la colaboración público-privada. “Es inviable que las soluciones para los nuevos retos no las encontremos en la colaboración”, dijo Ignacio Sierra.

Aner Garmendia evocó los años 90, cuando España puso en valor su fuerza y creatividad. “Fuimos un país atrevido, salimos al mundo a demostrar las capacidades que teníamos y a sorprender al resto de países”, dijo el CEO de EGA Master. Tres décadas después, España ya es líder mundial en muchos sectores, desde la alta velocidad a la energía eólica o la moda. Y reivindicó un mayor protagonismo de las oficinas comerciales y del ICEX como captadores de inteligencia de negocio para las empresas españolas. Especialmente en mercados inexplorados, como África Subsahariana, donde se han adelantado otros países europeos.

Al respecto, Íñigo Gil-Casares, director de Cooperación Institucional y Empresarial de ICEX España Exportación e Inversiones, explicó cómo una de las claves para abrir mercados en nuevos territorios pasa por una estrategia más personalizada en base a las necesidades y realidad de la compañía.  “Tenemos claro que como sector público debemos apoyar nuestra presencia en mercados más complicados, donde les podamos dar un verdadero servicio, en regiones como África Subsahariana o el Sudeste Asiático”, afirmó.

En cualquier momento la colaboración es muy necesaria. En situaciones de crisis, más”
Íñigo Gil-Casares, Director de Cooperación Institucional y Empresarial
ICEX España Exportación e Inversiones

En Agbar, por su parte, viven inmersos en ese modelo colaborativo en un país, como España, donde los recursos hídricos son un bien escaso. “La colaboración va en el ADN de Agbar. Nuestro core es la gestión del ciclo integral del agua, que se basa en la colaboración público-privada. Tanto en el desarrollo de infraestructuras como en la prestación del servicio y en aportar tecnología e innovación”, dijo Carmen Piñán, directora de Comunicación de Negocio de Agbar, quien también defendió abordar esa colaboración desde la transparencia y citó, como Ignacio Sierra, los ODS de la ONU que, específicamente en el 17, hace referencia a la necesidad de forjar alianzas para conseguir los objetivos del milenio.

Y es que el caso de España es paradigmático. Tenemos una posición aventajada en este terreno por nuestra tradición de gestión mixta de los servicios públicos, recordó Cándido Pérez. Un sistema que ha permitido, por ejemplo “desarrollar un sector de infraestructuras líder en el mundo”, recordó. Y, para avanzar aún más, sería necesario profundizar en:

  • La institucionalización. Debemos dotarnos de normas de transparencia y gobernanza que eviten posibles conflictos de interés, lo que supone abordar un debate con un carácter más técnico que político. “Necesitamos que la regulación busque la colaboración más que intentar ponerle freno”, subrayó Cándido Pérez.
  • La estrategia. Es importante apostar por el trabajo conjunto de administraciones y entidades en materia de planificación estratégica, para definir desde un inicio tanto las ventajas competitivas como los desafíos a sortear. “Si no tenemos claro dónde queremos ir, es difícil caminar en ese sentido”, dijo el socio de KPMG.

Fondos europeos: el reto de impulsar la pyme bajo la premisa de la colaboración

Hoy en día es imposible avanzar si domina el recelo y la reticencia a compartir información. La nueva cultura de la colaboración se impone entre las empresas, algo impensable hace solo una década. Una cultura que se ha visto impulsada por la filosofía que subyace en los fondos europeos Next Generation EU, pero que aún encuentra ciertas barreras que tienen que ver con la idiosincrasia de la empresa española.

“En general en España el tejido industrial sigue siendo muy individualista, poco dado a colaborar, muy reticente a compartir experiencias e información con otros”, subrayó Aner Garmendia. “Es un miedo que tenemos que eliminar, porque la colaboración nos puede ayudar a compensar la diferencia de tamaño que tenemos con otros países y complementar nuestras carencias”, opinó el CEO de EGA Master.

En la economía actual, tan dinámica y con cambios tecnológicos constantes y rápidos, el pez rápido es el que se come al lento. No tener un tamaño colosal tiene unas ventajas. Y un tamaño excesivo puede tener unos inconvenientes: ser más inflexible y menos rápido a la hora de detectar y aprovechar oportunidades”
Aner Garmendia, CEO
EGA Master

El reducido tamaño medio de la pyme española, inferior a la de los países de nuestro entorno, es uno de los motivos para profundizar en la colaboración, y esa nueva capacidad para trabajar en consorcio es lo que le ha permitido ser más competitiva. Aner Garmendia puso como ejemplo el caso de Alemania, con los llamados “campeones ocultos”, empresas medianas que son líderes a nivel mundial en su nicho.

¿Cuál es el papel de una empresa grande? La clave es la complementariedad. Unir a empresas grandes y pequeñas para enriquecer a ambas partes: la grande con un conocimiento exhaustivo del sector, músculo financiero y seguridad, y la pequeña con una mayor agilidad para determinados proyectos. Se trata, como afirmó Carmen Piñán, de compartir riesgos, pero también conocimiento. Ejemplo de ello son los consorcios de empresas que están viendo la luz no solo a nivel nacional sino también europeo, promovidos por los fondos Next Generation, pues estos no solo aportan financiación, sino que obligan a trabajar en asociación.

“La capacidad de transformación del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia va mucho más allá” de su potencial de financiación, subrayó Cándido Pérez. Es un instrumento en sí mismo, fruto de la colaboración que empezó siendo un plan de recuperación y se convirtió en un plan de transformación. “Obliga a colaborar a administraciones y empresas”, explicó el socio de KPMG.

Una vinculación que, además, es la respuesta a la nueva forma de consumo que ha traído la digitalización, donde el cliente final ya no compra simplemente un producto, sino que se mueve en ecosistemas que le ofrecen experiencias. Esos ecosistemas fuerzan a poner de acuerdo a empresas que antes se daban la espalda.  

“Tenemos pymes más pequeñas que las de los países de nuestro entorno. Eso conduce a buscar alianzas y consorcios para ser competitivos en un entorno más complejo”
Cándido Pérez, Socio responsable de Infraestructuras, Transporte, Gobierno y Sanidad
KPMG en España

Un aspecto menos citado de este nuevo modelo de colaboración del sector privado es el rol que juegan los foros, asociaciones y clústeres, como el propio Foro de Marcas Renombradas Españolas, para liderar el cambio y ejercer como interlocutores antes las administraciones, tanto locales como internacionales. Así lo puso de manifiesto Ignacio Sierra, de Tendam.

Son estos sectores los que están ayudando a derribar las barreras que impiden el crecimiento o el comercio. Trabajando, como señaló el directivo de Tendam, en el “ámbito precompetitivo” y abriendo el camino para las empresas más pequeñas. Ignacio Sierra llamó a “no olvidar nunca el impacto de las empresas grandes para el ecosistema y el efecto tractor que ejercen” para la participación de las pymes.

Es la experiencia que viven también en ICEX. Íñigo Gil-Casares recordó cómo en los años 90 las empresas se resistían a participar en consorcios impulsados por dicha institución. Esa reticencia desapareció: “Hay mucho más espíritu de colaboración entre empresas. Se ve en el día a día. Organizamos cientos y hasta miles de actividades todos los años. Y estamos viendo que en los cuestionarios una de las cosas que más se valora son los contactos que se hacen entre las propias empresas españolas”.

El foco en la educación: colaboración para impulsar el talento del futuro

Pero no se puede hablar de colaboración sin abordar una de las grandes tareas pendientes de nuestra economía, la de acercar el mundo educativo con la realidad y necesidades de la empresa, para mejorar la empleabilidad. En este sentido, existe un consenso, tal y como subrayó Cándido Pérez, de KPMG, de que necesitamos mejorar la compenetración entre la formación y las necesidades de la sociedad. Se trata de conseguir que la transferencia de conocimiento entre la universidad y la empresa sea bidireccional. Y sin olvidar que con el horizonte que tenemos por delante el desarrollo profesional estará marcado por un necesario aprendizaje continuo.

¿Está preparada la universidad para ese reto? Ante esta pregunta, Cándido Pérez recordó cómo hace un tiempo en uno de los foros que reúnen a empresas y universidades se planteó a cada parte qué necesitaba del resto. Allí, la empresa demandó a los centros académicos que preparasen mejor a los estudiantes para entrar en el mundo laboral. Y también que los profesores salieran al mundo de la empresa y, a su vez, desde las compañías se transfiriera conocimiento a las universidades. En definitiva, una mayor colaboración.

“La colaboración es imprescindible. La digitalización y la virtualización ha hecho más fácil poner en marcha iniciativas y ser más dinámicos en esa colaboración. Y el contexto de crisis e incertidumbre nos ha hecho a todos más valientes, nos ha llevado a testar iniciativas y a ser muy ágiles en la adopción de soluciones”
Carmen Piñán, Directora de Comunicación de Negocio
Agbar

Y es que, como recordó el socio de KPMG, hoy en día los convenios empresa-universidad se han extendido en España, pero hace falta una normativa que permita impulsar esta fórmula.

Durante la sesión se citaron las experiencias positivas de varias de las empresas presentes. Es el caso de Agbar y su programa formativo en colaboración con la universidad que ha permitido crear proyectos como la Escuela del Agua o las cátedras del Agua desplegadas por varias universidades españolas. Carmen Piñán considera que el exitoso modelo de la FP Dual debería replicarse en la relación universidad-empresa. Aprender, por ejemplo, de la figura del tutor de la Dual que tan bien ha funcionado estos años.

La directora de Comunicación de Agbar detecta una carencia en la formación superior no solo para cubrir los perfiles necesarios, sino a la hora de enseñar tecnologías y metodologías del mundo de la empresa que faciliten una rápida inserción laboral de los titulados. Y defendió un escenario de colaboración donde la empresa aporte su experiencia y la universidad su potencia investigadora.

En Tendam fueron pioneros con la FP Dual en la Comunidad de Madrid, recuperando oficios propios de su sector, como patronistas. Ignacio Sierra se mostró partidario, como Carmen Piñán, de trasladar el espíritu de esa formación profesional dual al mundo universitario. Algo que ya su grupo pone en práctica con proyectos en colaboración entre Portugal, Escocia, Francia y España en el marco del programa Erasmus+. Esa reivindicación de la FP Dual también la compartió Íñigo Gil-Casares, quien citó un caso de éxito tan evidente como el de Alemania. “Es un cambio de mentalidad en los jóvenes, en las empresas y las instituciones”, dijo el directivo de ICEX.

También para el CEO de EGA Master, Aner Garmendia, hay margen de mejora en la universidad española, “poco atractiva internacionalmente”, al contrario de lo que ocurre con las escuelas de negocio. Es crucial atraer a jóvenes talentos del exterior para que, tras estudiar en España, emprendan o trabajen aquí o, si regresan a sus países tras la experiencia académica, conviertan los vínculos forjados en España en oportunidades de negocio y colaboración. Una ventaja competitiva que tienen países como Reino Unido, Holanda o Alemania, focos de atracción de estudiantes de todo el mundo.

'Horizonte 2030: creando juntos un nuevo futuro', un proyecto de KPMG y Foro de Marcas Renombradas Españolas