Gonzalo Gortázar (CaixaBank): “Necesitamos que la rentabilidad de los bancos supere el coste de capital para impulsar la economía”

Iniciamos con Gonzalo Gortázar una serie de entrevistas a primeros ejecutivos del sector financiero español, con el objetivo de conocer cómo afrontan un periodo marcado, entre otros, por la incertidumbre, la subida de tipos de interés, los desafíos relacionados con la captación y fidelización del talento y la necesidad de transformarse en línea con las tendencias de digitalización y sostenibilidad que demandan sus clientes.

Autor: Íñigo de Barrón

Gonzalo Gortázar (Madrid, 56 años), lleva ocho años como consejero delegado de CaixaBank. En este periodo, ha tenido que gestionar la entidad en un entorno de tipos de interés casi cero o negativos. Ahora que el escenario ha cambiado, espera que se traduzca en un incremento de la rentabilidad bancaria y confía en que regrese el interés de los inversores por las acciones de las entidades financieras. En este sentido, hace hincapié en la diferencia entre la rentabilidad de la banca española -un 8% al cierre del segundo trimestre, solo por el negocio en España- y el coste de capital, cuya última estimación del sector lo sitúa entre el 10% y el 11%. A CaixaBank, además, le ha sentado bien la integración de Bankia, cerrada en marzo de 2021, convirtiéndose en el valor bancario europeo con mejor comportamiento en Bolsa.

Pese a la crisis de inflación y energía, Gortázar no prevé fuertes incrementos de la morosidad, pero admite que la incertidumbre es muy alta por la guerra en Ucrania y sus efectos en todos los sectores de la economía. Es tajante en su crítica a la tasa del Gobierno sobre los ingresos bancarios: “Es injusta, distorsionadora y contraproducente”, y admite que las entidades siguen trabajando en cómo adaptarse para dar el mejor servicio a su amplia tipología de clientes.

Pregunta. En mayo presentaron su Plan Estratégico 2022-2024 con los objetivos de impulsar el crecimiento del negocio, adaptar el modelo de atención a las preferencias de los clientes y ser referentes en Europa en sostenibilidad. ¿Cómo se elaboran este tipo de planes en mitad de esta gran incertidumbre?

Respuesta. En un periodo de tanta incertidumbre como el actual puede existir la tentación de pensar que no es el momento de anunciar un plan a largo plazo. Pero tras formalizar la fusión teníamos claro que debíamos marcar los objetivos para una nueva etapa. Más importante que las métricas en sí, que pueden variar si el entorno es muy diferente, lo relevante son las iniciativas de transformación que planteamos para seguir creciendo y ganando cuota de mercado. Nuestra aspiración es mantener ese objetivo: queremos tener más clientes y darles el mejor servicio posible.

P. ¿Qué crecimiento contempláis para la economía española en 2022 y el siguiente?

R. Este año la economía está creciendo con mucha fuerza, pero hay una parte muy importante de efecto base. Esperamos que acabe con un crecimiento del PIB por encima del 4%. Sin embargo, toda la atención está centrada en la evolución para 2023 porque a nivel macro ya se están viendo los primeros síntomas de agotamiento. No es descartable que el PIB a nivel europeo no crezca o sea negativo. Pero pensamos que España tendrá un mejor comportamiento, con un incremento de alrededor del 1%. En todo caso, aunque no sea descartable, ahora mismo nos parece prematuro pensar en una recesión en 2023. Ahora bien, la inflación está suponiendo un sufrimiento para las rentas bajas y medias por su golpe en la cesta de la compra y la merma en la capacidad de ahorro. De cara a 2024 esperamos una cierta recuperación, pero modesta.

En nuestro caso, el 25% del total de la cartera hipotecaria está a tipos fijos, y el 70% de la producción de los últimos seis años se ha hecho a tipo fijo, por lo que una buena parte de nuestros clientes no va a sufrir una subida en el coste de sus hipotecas.
Gonzalo Gortázar
Consejero Delegado de CaixaBank

P. El Euribor está en el 2,4% y subiendo. ¿El alza de tipos puede frenar el crédito y elevar la morosidad?

R. Va a tener un impacto sobre el crédito, sobre todo en el de largo plazo. Sin embargo, creo que la financiación empresarial a corto plazo, el circulante, tendrá más demanda. Por ello, nuestra previsión es que CaixaBank eleve el volumen de crédito en un 2% o 3% en el conjunto del año, algo por encima del sector.

P. ¿Y la morosidad?

R. Seguimos sin observar problemas de morosidad en este momento. Preveíamos que, en el cierre del tercer trimestre, más de seis meses después de que empezara la guerra, la situación fuera otra, pero no hemos notado cambios. Ni siquiera en la morosidad temprana, la que se detecta en el corto plazo de manera anticipada, ni en el pago de los créditos con aval del ICO que se concedieron durante la pandemia. Los datos de empleo y de endeudamiento de familias y empresas se están comportando muy bien. El sector privado, que no el público, está mucho menos endeudado que en la crisis anterior, lo que supone un factor muy relevante a la hora de afrontar una subida de tipos y de inflación.

Ahora bien, que no se haya producido hasta ahora un incremento de la morosidad no quiere decir que no lo vaya a haber en 2023. Lo previsible es que se produzca, dado el deterioro del entorno.

caixabank

P. El Plan Estratégico incluía una subida de la rentabilidad y del dividendo. ¿Volverá a ser atractivo invertir en bancos y en CaixaBank en concreto?

R. Somos el banco que más se ha revalorizado este año entre los 20 más grandes de Europa. Sin embargo, si se analiza la situación del sector a largo plazo, se ve que todavía persisten las valoraciones bajas, por debajo del valor contable. El sector lleva muchos años penalizado en bolsa. Se dice que la banca está obteniendo resultados extraordinarios, pero no es así: seguimos teniendo retornos por debajo del coste de capital y los inversores tienen un cierto grado de escepticismo. Lo que se necesita es que la rentabilidad de los bancos supere claramente el coste de capital y eso no ha ocurrido todavía. Mientras esto no suceda, se desincentiva la retención de beneficios para sostener el crecimiento, lo que supone un factor de inestabilidad para la economía. En definitiva, necesitamos que la rentabilidad de los bancos supere el coste de capital para impulsar la economía.

P. ¿Por qué los inversores os han acogido mejor que a otros?

R. Hemos subido cerca del 40% en el año y estamos cerca de volver a cotizar a valor contable, pese a que tenemos todavía una rentabilidad del 8%. Creo que después de la integración de Bankia, los inversores valoran que tenemos unos objetivos muy claros, que el nuevo escenario de tipos y nuestra mayor escala nos dan mayor potencial de crecimiento, y que nuestra prudente gestión de riesgos nos permite afrontar esta situación macroeconómica con bajos niveles de morosidad y muy altos niveles de provisiones.

P. Pero los tipos están subiendo y encarecerán las hipotecas…

R. Sí, el Euribor se ha situado en el 2,4% y el mercado prevé que llegará al 3% a final de año. En nuestro caso, el 25% del total de la cartera hipotecaria está a tipos fijos, y el 70% de la producción de los últimos seis años se ha hecho a tipo fijo, que ha sido nuestra recomendación. Esto supone que una buena parte de nuestros clientes no va a sufrir una subida en el coste de sus hipotecas.

 

CaixaBank

P. ¿Con la recuperación de los ingresos se acabarán los recortes de plantilla y oficinas?

R. Nosotros hemos hecho un ajuste muy importante: han salido 6.500 personas, todas de manera voluntaria y con unas compensaciones generosas que eran las que merecían. Hemos cerrado 1.500 oficinas. Si no hubiéramos ajustado nuestra red de oficinas tras las últimas integraciones, ahora tendríamos 9.000 sucursales, y nos hemos quedado con 3.800. No necesitamos más ajustes. No sé si han acabado las grandes reestructuraciones en el sector, pero al menos nos encontramos en un paréntesis. Y esperemos que sea prolongado porque no es una tarea agradable.

P. ¿Uno de los grandes retos para la banca es la captación del talento?

R. Sin duda. Captación y, sobre todo, retención. Ya contamos con muchísimo talento que debemos fidelizar y desarrollar. Son de las tareas más difíciles e importantes para un directivo, y más si se tiene en cuenta que los bancos somos empresas de servicios cuyo negocio está cambiando en la medida que lo hacen también los hábitos de los clientes. Esto obliga a transformar muchos perfiles de las personas que están dentro de las entidades y potenciar el talento existente.

P. En el Plan Estratégico destacáis vuestro papel en la economía sostenible. Decíais que se deben tomar medidas “no siempre alineadas con el corto plazo”. ¿Cuáles son esas decisiones?

R. Dentro de la economía sostenible, hay que distinguir entre dos grandes áreas: el ámbito social y el medioambiental. En este último, además de la rentabilidad y el riesgo, debemos gestionar el impacto de la actividad de nuestros clientes en el medio ambiente y contribuir a que se adapten a la transición energética. Es una labor que asumimos con convicción y pensamos que la sociedad sabrá reconocer.

P. Como antigua caja de ahorros, la entidad conoce bien la labor social. ¿Creen que se valora adecuadamente?

R. Sí que se percibe, aunque en mi opinión no lo suficiente. La banca es un sector poco popular, pero mantenemos nuestro firme compromiso con el desarrollo de esa función social que forma parte de nuestro ADN. Para nosotros, uno de los grandes problemas a resolver del mundo actual, además del cambio climático, es la reducción de las desigualdades, que están agravándose. En este sentido, CaixaBank trabaja para la reducción de la exclusión financiera con medidas como, por ejemplo, la apertura de 350.000 cuentas sociales sin comisiones o el compromiso de no abandonar ninguna población en la que seamos somos el único banco. De hecho, somos la única entidad con sucursal en 470 municipios españoles. Por otro lado, MicroBank, filial dedicada a la concesión de microcréditos y que es el líder europeo en este ámbito, ha concedido 1,2 millones de préstamos en los últimos 15 años y prevé financiar con 3.500 millones de euros a colectivos vulnerables hasta final de 2014.

La banca es un sector poco popular, pero mantenemos nuestro firme compromiso con el desarrollo de esa función social que forma parte de nuestro ADN
Gonzalo Gortázar
Consejero Delegado de CaixaBank

P. Sin embargo, los clientes y el Gobierno afearon al sector su acelerada digitalización que excluía a clientes mayores o del ámbito rural. Firmaron un acuerdo y ya han pasado nueve meses. ¿Cuál es su valoración?

R. Creo que ha sido una buena iniciativa en la que se ha avanzado bastante, aunque falta camino por recorrer. En nuestro caso, se han puesto en marcha muchas iniciativas para favorecer la vida de los mayores. Por citar algunos ejemplos, el 90% de las oficinas han ampliado su horario de atención, se ha acelerado el desarrollo de gestores senior, se han readaptado todos nuestros cajeros para que acepten la operativa con libretas…Creo que vamos más avanzados que los demás en esta materia.

P. Y, siguiendo con medidas del Gobierno, la más reciente es el impuesto a la banca. ¿Qué opina?

R. Es un gravamen que se aplica sobre los ingresos. Me parece injusto, distorsionador y contraproducente por varios motivos. En primer lugar, el sector financiero, sin contar su actividad en el extranjero, tiene una rentabilidad todavía por debajo de su coste de capital y todos los bancos cotizan por debajo de su valor contable. Tampoco es cierto que vayamos a tener beneficios extraordinarios, sino que se recupera parte de la rentabilidad que no se ha generado durante diez años de tipos negativos. En segundo lugar, es un factor distorsionador de la competencia porque hay unas entidades que lo pagarán y otras que no, como la banca internacional, la banca en la sombra o varios de los competidores locales. Por último, según la normativa de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), es obligado repercutir todos los costes de un crédito, por lo que esta tasa deberíamos incluirla también al calcular el precio de la financiación a clientes.

Sin embargo, la normativa española parece que quiere prohibirlo. En nuestro caso, ya anunciamos públicamente que se reducirán los ingresos de CaixaBank entre 400 y 450 millones de euros anuales, cantidad que aminorará los beneficios en la misma proporción. Y el sector tendría que pagarlo incluso si se produce una fuerte recesión, lo que podría generar problemas de estabilidad financiera. Si se introduce la tasa, debería calcularse sobre beneficios extraordinarios (en caso de que se produjeran) tal y como propone la EU para el sector energético.

P. Hablando de competidores, siempre se menciona a las grandes tecnológicas, las bigtech y las fintech. El grupo cuenta con su filial imagin. ¿Es vuestro escudo contra estos competidores o es un banco de nicho para jóvenes?

R. Es un modelo de atención a un determinado tipo de cliente. Desarrollamos una oferta que permite hacer la banca fácil, económicamente atractiva, que permita no ir a las oficinas a quien no lo desee y que genere un efecto “Wow”. Incluye una oferta y una experiencia que va más allá de los productos bancarios clásicos, como juegos online, oferta musical, o iniciativas relacionadas con la sostenibilidad medioambiental y el voluntariado.

P. ¿Cuál es su análisis de la evolución de las criptomonedas tras su último bache? ¿Tienen futuro como monedas digitales? ¿Lo demandan sus clientes?

R. No creo que debamos acotarlo a un fenómeno pasajero o solo especulativo. Algunas criptomonedas sobrevivirán. Para ciertos colectivos, son monedas con mayor validez que muchas divisas de países emergentes o inestables por la hiperinflación. Pero, por otro lado, tendrán que superar obstáculos muy relevantes, como, por ejemplo, la falta de información adecuada al inversor. Son productos extremadamente complejos y se comercializan fuera de los circuitos bancarios. La CNMV está muy vigilante y estamos todos a la espera de la normativa europea MICA. También es preocupante su relación con los fondos de procedencia ilícita. Y, en tercer lugar, hay que tener en cuenta el impacto medioambiental por el elevadísimo consumo de energía que lleva asociado. Por ahora, hay que reconocer que, pese a su enorme volumen, tres trillones, y una caída del 70% de su valor, no han generado grandes problemas en el sistema bancario como se temía. CaixaBank no ofrece este producto a sus clientes.