Durante estos meses de verano, es tradición que muchos municipios celebren sus fiestas mayores o patronales. En este contexto, algunas organizaciones se plantean contribuir a festejos próximos a su sede o a sus instalaciones, financiando, por ejemplo, parte de las actividades lúdicas que se llevan a cabo.
Sin embargo, no debemos olvidar que son actividades normalmente impulsadas por funcionarios públicos (concejales de festejos, por ejemplo) de las entidades locales, por lo que este tipo de actividades, deficientemente planificadas, formalizadas y ejecutadas, pueden ser malinterpretadas como tratos irregulares en apoyo a determinados cargos o incluso partidos políticos.
En el siguiente video de esta Serie analizo cuándo las aportaciones o beneficios a la comunidad pueden entrañar un riesgo por vincularse con prácticas corruptas, así como algunas cautelas para evitar tales situaciones.
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