La creciente complejidad del entorno económico actual está suponiendo un punto de inflexión en la gestión energética. El conflicto entre Rusia y Ucrania, la escalada de los precios y la nueva realidad económica post pandemia han obligado a las empresas -especialmente a las grandes compañías industriales- a analizar y actualizar sus estrategias en esta materia. La necesidad de ahorrar costes y de encajar las actividades industriales en el marco de la transición energética actúan como palancas, mientras las energías renovables se consolidan como solución en la búsqueda de eficiencia y rentabilidad. Se impone la idea de que apostar por la eficiencia energética es una inversión que será amortizada a través del ahorro en energía y la reducción de emisiones y costes. Al tiempo, el mercado energético se hace cada vez más complejo, con nuevos agentes, más ofertas y nuevas fórmulas de contratación.
Una realidad que se puso de manifiesto en la presentación del informe ‘La gestión energética de las empresas españolas’, elaborado por KPMG, que analiza cómo las empresas españolas afrontan un momento clave como el actual y qué estrategias piensan aplicar para amortiguar la fuerte subida de los precios y gestionar de forma más eficiente los recursos energéticos. A este respecto, Carlos Solé, socio responsable de Energía y Recursos Naturales de KPMG en España, resumió el panorama en el evento celebrado para la presentación del informe resultante: “nuestro tejido productivo muestra un amplio margen de desarrollo en el seguimiento y control de sus consumos energéticos. Y es que uno de cada tres encuestados considera que sus instalaciones son poco eficientes y menos de la cuarta parte realiza auditorías sobre la eficiencia de sus sistemas de forma voluntaria”.
Efectivamente, la radiografía realizada en los sectores industriales, de automoción, infraestructuras y construcción y distribución, entre otros, revela que el potencial de mejora en la búsqueda de eficiencia energética entre las compañías es muy importante. Así lo indican los datos de la encuesta: el 45% de las empresas consultadas consideran que sus instalaciones energéticas tienen un nivel de eficiencia media y un 36% que su nivel es bajo. Es decir, hay mucho camino por recorrer.
Por otro lado, pese al impacto de la factura energética en la estructura de costes, prácticamente la mitad de las empresas consultadas (49%) no dispone de equipos o departamentos especializados para la gestión energética y un 27% no monitoriza la evolución del mercado energético para tomar decisiones. Sin embargo, el citado informe pone de manifiesto cómo la mayoría de las empresas, conscientes de la importancia de los costes energéticos en su actividad, ya están buscando fórmulas para adaptarse a la nueva realidad del mercado, marcado por el autoconsumo, los contratos a más largo plazo y el apoyo de especialistas externos.
Las grandes empresas consumidoras de energía saben que se tienen que adaptar. Quedó claro en la mesa redonda moderada por Carlos Solé, en la que todos los ponentes coincidieron en la importancia del momento tras el tsunami registrado en los precios. “Han supuesto un gran impacto inflacionario y han distorsionado los mercados” aseguró Manuel Villalante, director general de Desarrollo y Estrategia de Renfe. En 2023, la escalada se ha atemperado, pero la inquietud persiste. “Hemos salvado la situación”, explicó Francisco Carrillo, director de compras de Europa y Asia de la multinacional de fundición Draxton, “pero los precios elevados se están manteniendo durante demasiado tiempo”.
Para las empresas electrointensivas, la realidad sigue siendo complicada. Por eso, Esther Alonso, directora general de Transición Energética y Sostenibilidad de Atlantic Cooper, considera fundamental la adopción de medidas de apoyo como las que impulsa en Alemania el Gobierno de Olaf Scholz con una tarifa especial de energía eléctrica para la industria electrointensiva. Algo que, en su opinión, debería extenderse en Europa en un momento de renacimiento de la actividad industrial en el Viejo Continente. “Porque la interrumpibilidad”, subrayó Alonso, “es un complemento más, pero no es la solución al sobrecoste” que impacta en las empresas. Carrillo y Alonso coincidieron en otro punto: la necesidad de mantener la exención sobre el 80% del importe de los peajes eléctricos de la que se beneficia la industria electrointensiva en España desde el 1 de enero de 2022.
Las estrategias de las compañías se están adaptando. Así lo cree Francisco Espinosa, socio director de la Asociación de Consumidores de Energía (ACE), convencido de que el desarrollo de las renovables en España supone una gran oportunidad para que el país se consolide como un polo de atracción para la industria. “Hay mucha actividad y liquidez” apuntó Espinosa “hemos visto un aluvión de PPAs (contratos de suministro a largo plazo) y el dinamismo es tremendo”. Todo apunta al cambio. “El gran reto es que la electricidad llegue al transporte” aseguró Villalante (Renfe), convencido de la necesidad de “un cambio de modelo en la movilidad, básicamente en la privada”.
La ola también afecta al papel del consumidor en el mercado. “Se hace necesaria la figura del agregador independiente” explicó Espinosa (ACE) “y que se creen las condiciones para demostrar que la gestión de la demanda puede aportar y evitar costes. La demanda va a ser un nuevo modelo de negocio”. Tal y como coincidió Carrillo (Draxton) “a día de hoy el consumidor no está en el centro. Preferiríamos una política que favoreciera la agregación de demanda”. El mercado se mueve. Y lo hace deprisa. La vuelta a la normalidad productiva ha llevado al 33% de las empresas encuestadas a aumentar su consumo eléctrico entre el 10% y el 30%, y a más de la cuarta parte (27%) a incrementos por encima del 30%.
En este proceso de cambio acelerado, Carlos Solé (KPMG) destacó que “el interés (de las empresas entrevistadas) por incrementar la presencia de las energías renovables en sus recursos energéticos y por promover soluciones orientadas al autoconsumo va en aumento”, por lo que “nuestro país está llamado a ocupar una posición protagonista en este proceso”.
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