En interés de una aplicación uniforme de las normas de contabilidad NIIF y los requisitos de presentación de información específicos de la UE, la Autoridad Europea de Valores y Mercados1 (ESMA, en sus siglas en inglés), ha publicado sus prioridades para los informes anuales de 2023. En su declaración, hace hincapié en principales áreas de foco para los reguladores de valores de países europeos a la hora de revisar los informes anuales de empresas cotizadas correspondientes a 2023.
La ESMA pide coherencia en todo el informe anual y espera que las empresas reflejen un relato conectado sobre cómo les afectan y dan respuesta a los aspectos relativos al clima y los retos que plantea el entorno macroeconómico actual. Además, la ESMA insiste de nuevo en la necesidad de que las Medidas Alternativas de Rendimiento (APM, en sus siglas en inglés) sean transparentes, neutrales y coherentes a lo largo del tiempo para proporcionar información útil.
Los temas abordados en la declaración de la ESMA, del que forma parte la CNMV, indican una creciente atención a los apartados iniciales del informe anual. También es probable que órganos regulatorios no europeos se centren en temas similares que son relevantes para empresas que preparan sus informes según las normas de contabilidad NIIF. Sin embargo, algunas de las áreas de interés del regulador europeo como, por ejemplo, la elaboración de informes de sostenibilidad con arreglo a las normas europeas, pueden ahora alcanzar mayor relevancia para las empresas europeas.
Las cuestiones relacionadas con el clima siguen encabezando la lista de prioridades de cumplimiento de la ESMA. Por ello, la ESMA recuerda a las empresas y a los auditores que deben tener en cuenta las cuestiones relacionadas con el clima cuando sus efectos sean importantes y que deben poner foco en:
La autoridad europea del mercado de valores también ha publicado un informe sobre la presentación de cuestiones relacionadas con el clima en los estados financieros, que abarca ejemplos ilustrativos de desgloses reales.
La ESMA espera que la aplicación de las nuevas Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad (ESRS, por sus siglas en inglés), en vigor a partir del 1 de enero de 2024, y del Reglamento sobre Taxonomía de la UE suponga una importante curva de aprendizaje para las empresas.
En este sentido, anima a las empresas a seguir de cerca las próximas iniciativas legislativas y a planificar y gestionar cuidadosamente sus proyectos y recursos de transición para garantizar el cumplimiento en sus informes no financieros.
Ante los requisitos adicionales del Reglamento sobre Taxonomía de la UE para los ejercicios financieros de 2023, la ESMA recuerda a las empresas la obligación de utilizar las plantillas de presentación de información más recientes.
Además, las empresas deben explicar cómo han evitado la doble contabilización en el cálculo de los indicadores clave de desempeño cuando una actividad económica contribuye sustancialmente a múltiples objetivos medioambientales. Alienta también a las empresas a proporcionar información más transparente sobre sus objetivos relacionados con el clima, identificando las emisiones de GEI de Alcance 3 como un área de mejora significativa.
Al preparar sus informes anuales, la ESMA insta a las empresas a explicar cómo afectan los cambios en el entorno macroeconómico (incluidos los efectos del aumento de los tipos de interés, la inflación y la volatilidad de los mercados) a su exposición a los riesgos de mercado, de liquidez y de crédito, y cómo gestionan estos riesgos.
También, a considerar el impacto del entorno económico actual en la contabilidad de coberturas, así como a reflejar las condiciones macroeconómicas actuales y el aumento de la incertidumbre en las valoraciones del valor razonable (por ejemplo, para las propiedades de inversión) y la información correspondiente.
La ESMA también recuerda a las empresas los requisitos de sus Directrices sobre APM y remite al documento de Preguntas y respuestas correspondiente. Cuando utilizan las medidas alternativas de rendimiento para explicar su desempeño, las empresas deben proporcionar una definición transparente y una conciliación con la partida más directamente conciliable, presentada en los estados financieros; utilizar los parámetros de forma coherente a lo largo del tiempo y actuar con cautela a la hora de ajustarlos; así como ofrecer una representación neutral (es decir, sin sesgos) de su desempeño.
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