La Directiva de Información Corporativa de Sostenibilidad (CSRD, por sus siglas en inglés) y los estándares europeos de información de sostenibilidad (ESRS por sus siglas en inglés) cambian de manera clara el actual panorama para las compañías europeas que hasta el momento venían informando conforme a la antigua Directiva de Información No Financiera.
La primera fase de lo que podríamos denominar el gran cambio en la información corporativa que deberán publicar las compañías a partir del presente ejercicio (las grandes de interés público), y de manera escalonada el resto de las compañías que operan en el mercado europeo concluyó con la publicación en el Diario Oficial de la UE, en diciembre pasado, de los estándares europeos de información sobre sostenibilidad. Estos estándares son los primeros de la serie, puesto que se esperan estándares específicos según sectores que se irán publicando de manera paulatina.
Y es que este nuevo marco regulatorio, como ya se ha venido comentando, exige un esfuerzo importante para las organizaciones informantes puesto que la información a presentar y revisar por un experto independiente exige también cambios relevantes en los modelos de gestión y de control interno de toda la información corporativa de sostenibilidad.
Las compañías deben seguir avanzando con la finalidad de mostrar cómo afrontan la gestión de los riesgos y las oportunidades en los ámbitos ambientales sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) de manera que respalde sus objetivos de negocio a corto y largo plazo.
Un ecosistema sólido de informes de sostenibilidad puede ayudar a las empresas no solo a medir el progreso en la ejecución de su estrategia ESG, sino también a apoyarlas a generar valor mientras movilizan los mercados de capital para ayudar a respaldar soluciones innovadoras y muy necesarias para los numerosos problemas sociales que enfrentamos.
En las últimas dos décadas, los informes ESG han aumentado en transparencia e importancia, con una mayor integración de la información relacionada con ESG en los informes financieros convencionales.
Según el Global CEO Outlook de 2023 de KPMG, el 68% de los directivos (63% en España) considera que su organización no está preparada para afrontar el mayor escrutinio por parte de los grupos de interés y de los accionistas. Estos directivos reconocían también que crece la demanda sobre una mayor transparencia sobre los aspectos ESG y que habrá mayor foco en las cuestiones vinculadas al cambio climático e igualdad de género.
El número de empresas que publican un informe de sostenibilidad ha ido creciendo de manera constante durante la última década y ya el 79% del grupo N100 (las 100 empresas líderes en todos los países encuestados) informan sobre sostenibilidad, según la Encuesta global de informes de sostenibilidad 2022 de KPMG. Entre las 250 empresas más importantes del mundo (G250), esta cifra está muy próxima al 100%.
Sin embargo, para las empresas más pequeñas, es probable que estas cifras sean considerablemente más bajas. Dado que el CSRD lleva los informes ESG a un nuevo nivel, cada organización que entra dentro del alcance del CSRD debe comenzar a elaborar un plan para prepararse para el primer año de presentación de informes según los nuevos estándares.
Además, las empresas también deben prepararse para el contraste de un experto independiente que verifique el informe y que aporte el assurance que también la normativa europea está extendiendo -donde España lleva una ligera ventaja en el camino recorrido al haber impuesto la verificación de los actuales Estados de Información No Financiera-. De hecho, una de cada cuatro empresas globales reconoce no estar preparada aún para una verificación externa de sus datos medioambientales, sociales y de gobernanza, según el estudio Road to readiness de 2023 realizado por KPMG.
A partir de 2024, las empresas tendrán que informar sobre cientos de métricas y objetivos. Además de realizar un seguimiento del desempeño en materia de cambio climático, economía circular y contaminación, las organizaciones deben ser transparentes sobre cómo abordan la pérdida de biodiversidad y las reducciones en el uso de recursos y agua, cuando esto sea material o forme parte de elementos obligatorios exigidos por otra legislación de la UE.
Los desafíos sociales como el trato a los trabajadores, dentro de la propia organización y a lo largo de la cadena de valor, y el impacto en las comunidades, también forman parte de la nueva CSRD. Además, la información relacionada con políticas de conducta empresarial, incluida la prevención de la corrupción y el soborno, la gestión de relaciones con proveedores y la efectiva implantación de la directiva de debida diligencia en la cadena de valor, las actividades de lobby, se incluyen en el estándar de Gobernanza, que seguramente además también abordará la transparencia fiscal derivada de la entrada en vigor de otras normativas en sede de la UE.
Se trata de una extensión tanto de la gama de indicadores sobre los que las empresas deben informar como de la profundidad de la información requerida, con la necesidad de una transparencia mucho mayor en toda la cadena de valor.
Uno de los objetivos principales del CSRD es garantizar que los criterios ESG y los informes financieros adquieran la misma importancia. Los informes ESG ahora ya entran entre las prioridades en el ámbito del Consejo de Administración. Las empresas deben divulgar sus políticas y objetivos en diversas materias que representan, a la vez impactos, riesgos y oportunidades derivados de su modelo de negocio, incluidos objetivos de reducción de emisiones y planes de conservación de recursos y biodiversidad.
Estas exigencias de información deben impulsar, por tanto, la integración de los criterios ESG en la estrategia y las operaciones corporativas. Para lograr esto, deben establecer procesos para recopilar datos ESG, evaluar el desempeño ESG e informar de acuerdo con los ESRS de una manera adecuada y además dotada de control interno que permita su verificación por un tercero independiente.
A medida que el desempeño ESG de las empresas es objeto de un escrutinio cada vez mayor, los informes ESG se están generalizando. Hacer un seguimiento de las cambiantes regulaciones de sostenibilidad y adaptarse a ellas se ha convertido en una prioridad estratégica fundamental para los consejos de administración.
En suma, para las compañías resulta vital estar preparadas considerando los siguientes elementos clave:
Incluso aquellas empresas que están bastante avanzadas en sus informes de sostenibilidad probablemente requieran mejoras significativas en la forma en que recopilan, procesan y reportan datos sobre temas ambientales, sociales y de gobernanza en toda su cadena de valor.
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