Tras un año en el que hemos sido testigos de la llegada de la IA a todos los sectores, también hemos presenciado avances significativos en la implantación de soluciones digitales en el ámbito sanitario sin precedentes. Sin embargo, este aluvión no ha venido a paliar los graves problemas a los que ya se enfrentaban las organizaciones sanitarias: listas de espera que superan las expectativas de la población y un sistema sanitario debilitado por los ya conocidos problemas estructurales que han ido acechando en los últimos años con las diversas crisis tanto económicas como sociales.
De manera tímida, algunas organizaciones están utilizando la inteligencia artificial y la aplicación de técnicas de procesamiento masivo de dato para el aprendizaje automático con el objetivo de reducir la carga de trabajo del personal y generar confianza en la relación con los pacientes, pero aún no se ha producido de una manera planificada y ordenada de acuerdo con una estrategia corporativa. Sobre cómo la inteligencia artificial puede hacer evolucionar y mejorar la situación actual del sector trata el informe KPMG global tech report 2023: Healthcare insights – KPMG Global, donde se adelantan algunos de los grandes retos a los que se enfrenta el sector en 2024.
Mientras el sector trabaja para aprovechar la reciente y rápida evolución de la tecnología, han surgido dos prioridades: apoyar a los profesionales sanitarios sobrecargados para que tengan más tiempo de valor para dedicar a los pacientes y diseñar experiencias que generen confianza en los pacientes.
El citado informe, que se basa en una encuesta a 2.100 ejecutivos de 16 países y nueve industrias confirma que estos dos objetivos serán también las prioridades de las organizaciones de atención médica a nivel mundial. El 59% de los encuestados de atención médica dice que la necesidad de acelerar la desburocratización administrativa y automatización de procesos de la organización para facilitar la dedicación plena a la actividad asistencial de los profesionales sanitarios es un objetivo común de los proyectos de transformación digital.
Cuando se utilizan estratégicamente, las iniciativas de transformación digital pueden beneficiar simultáneamente la productividad de los empleados y la experiencia en los usuarios del sistema sanitario: por ejemplo, las mejoras en los sistemas de admisión y los sistemas de registro simplificados reducirían la carga administrativa de los profesionales sanitarios y a su vez, esto reduciría los tiempos de espera para citas y tratamientos, lo que mejora la experiencia y la comunicación con el paciente.
Decía el filósofo griego Séneca que “quien no sabe a qué puerto se dirige, ningún viento le será favorable”, y en este sentido las organizaciones sanitarias deben orientar todos sus esfuerzos hacia su principal propósito de proporcionar servicios de salud a la población. El diseño de itinerarios de atención que contemplen herramientas digitales deberá complementarse con el factor humano, fundamental para garantizar la equidad en el acceso a los recursos y que la experiencia de aquellos usuarios con menor capacidad digital no suponga una brecha en el uso de los servicios y prestaciones de salud. Por lo que uno de los objetivos del buen gobierno del uso de la Inteligencia Artificial será también la Humanización.
Para garantizar este elemento, será necesario dedicar recursos y dotar de equipos para implementar procesos de verificación de las medidas relacionadas con la IA, que evalúen el grado de adecuación en materia ética, responsabilidad, factibilidad, pertinencia, adecuación y de accesibilidad de la cartera de servicios digitales a todos los usuarios.
Esta gobernanza también deberá dotarse de medidas para asegurar una adecuada transición de los servicios, permitiendo una gestión del cambio que afectará no solo a los usuarios de los servicios de salud, sino también a la propia organización y los profesionales que desempeñan su trabajo en entornos sanitarios. Nos encontramos ante una tecnología muy innovadora de la que apenas conocemos los límites, y que ha motivado reacciones de los organismos reguladores como FDA y la CE como cautela para considerar su uso inmediato, por lo que la transición y adopción debe ser ordenada, garantizando, sobre todo que los pacientes sean la prioridad, y no solo considerar criterios de eficiencia.
Para orquestar esta transición, en diciembre de 2023, Europa se convertía en la primera jurisdicción en contar con una propuesta legislativa de tipo transversal en el mundo en materia de inteligencia artificial. Es el conocido ‘Reglamento de Inteligencia Artificial’, cuyo gran objetivo es proteger los derechos fundamentales ante la llegada de una tecnología que está llamada a cambiarlo todo (o casi todo). Porque la IA debe ayudar a mejorar la productividad de los profesionales sanitarios y servir para que las organizaciones y compañías dedicadas a la prestación asistencial realicen mejor su actividad principal: curar y cuidar de personas. Pero debe hacerlo desde la confianza y desde la seguridad.
Como misión, también está la de favorecer la confianza de los pacientes ofreciendo información veraz y segura acerca de su proceso asistencial, soluciones y canales ágiles para resolver una cuestión burocrática o administrativa, gestiones como un cambio o anulación de cita o si debería acudir para una revisión, incluirse en un cribado o recibir una vacuna.
Los planes de transformación digital de las organizaciones sanitarias deben acelerar los retos de productividad y mejora de resultados en este sentido. Se trata de incluir la tecnología como elemento estratégico de una organización y no como un área de soporte, y donde la inteligencia artificial inunde los procesos a nivel transversal y transaccional, desburocratizando ciertas actividades, automatizando tareas y facilitando la interacción humana entre profesionales y pacientes sólo en aquellos momentos en que se centre en la generación de valor.
Otro de los grandes aspectos a tener en cuenta será la aplicabilidad de la utilización de la IA en el sector salud, incorporación de datos de calidad y que no tengan sesgos para entrenar los algoritmos, los profesionales sanitarios deben entender que los resultados de la utilización de la Inteligencia artificial y las decisiones que tomen las máquinas sean siempre explicables.
De todas las industrias analizadas en el mencionado informe, el sector de la salud es uno en los que más probablemente los sistemas de IA y ML serán estratégicamente importantes durante los próximos tres años: el 62% de las organizaciones de atención médica consideran que la IA y el ML son las tecnologías más importantes para lograr los objetivos a corto plazo: 5 puntos porcentuales por encima del promedio en todas las industrias encuestadas.
La principal preocupación en la atención médica es la escasez del tiempo, y la IA puede devolver tiempo a los profesionales de la salud. El aumento de la productividad de los empleados será la principal métrica de éxito que utilizarán las organizaciones sanitarias para medir el retorno de la inversión (ROI) de sus inversiones en IA y ML. Mientras que otras industrias basan sus decisiones de inversión en IA/ML en imitar a sus principales competidores, en la atención médica prevalece un enfoque basado en evidencia y aportación de valor y resultados en salud.
Las inversiones en IA/ML ya están dando sus primeros frutos. El 62% de los encuestados ha visto un mejor desempeño debido a la inteligencia artificial y la automatización, y los beneficios incluyen una mayor participación del paciente y aumento de los niveles de satisfacción de los profesionales: las tareas que antes necesitaban 10 minutos ahora necesitan uno o dos, por lo que cuando se implementa adecuadamente, también genera grandes mejoras de productividad, con una adecuada estrategia de gestión de datos.
Como resultado, la atención médica ahora ocupa un lugar destacado en aspectos que garanticen la accesibilidad de los datos para respaldar la implementación de los sistemas de inteligencia artificial. Casi la mitad (47%) de los ejecutivos de atención médica aseguran que la accesibilidad a los datos de forma segura con procesos bien definidos es fundamental para su estrategia corporativa, aunque sólo el 37% de los encuestados en todas las industrias se encuentran en esta etapa de madurez.
Este año 2024 comienza con la promesa de convertirse en el año del cambio real, donde la transformación se vea acelerada por las tecnologías que impulsan el sector, y donde las organizaciones deberán implementar este cambio desde la definición estratégica, para lograr ser más eficientes, competitivas y sobre todo resuelvan los graves problemas que afectan a los ciudadanos cuando hablamos de su salud.
En 2024 se producirá una aceleración en la adopción masiva de iniciativas en el sector sanitario que usen la inteligencia artificial, por lo que el reto será avanzar no sólo en la implementación de la tecnología, sino también aspectos de gobernabilidad de los proyectos que incluyan la seguridad, privacidad, la explicabilidad y la fiabilidad de los datos.
Asimismo, será necesario definir e imponer mecanismos de control y supervisión para valorar la viabilidad de la utilización de la IA en las organizaciones sanitarias, es importante evitar la aplicación de la inteligencia artificial para problemas que podrían resolverse por otros métodos más eficaces o sencillos, sólo por el hecho de utilizar la tecnología, o caer en la tentación de utilizarla con modelos no entrenados o validados con insuficiente nivel de concreción.
La IA generativa puede haber captado el interés, pero conlleva riesgos desconocidos, aumentando los vectores de amenazas, por lo que las organizaciones deben revisar sus estrategias de ciberseguridad. Por ejemplo, profesionales sanitarios pueden utilizar la IA generativa para escribir resúmenes de informes de altas en sus tabletas fuera de redes seguras, lo que exacerba el riesgo de ataque cibernético.
A medida que la industria adopta la tecnología con el objetivo de mejorar los resultados y las experiencias de los pacientes, debe centrarse en las capacidades cibernéticas para responder a las crecientes amenazas que provienen de la nube, la inteligencia artificial, el trabajo remoto, la rotación transitoria y los dispositivos conectados.
Los sistemas de salud y atención dependen de la transformación digital para abordar la avalancha de problemas a los que se enfrentan. Estos desafíos complejos requieren enfoques sólidos y reflexivos para lograr el valor deseado para los pacientes, consumidores, proveedores, personal y socios del sistema de salud. La transformación digital en la atención sanitaria debe estar respaldada por alianzas y colaboraciones sólidas entre redes y sistemas: la tecnología ya no es la única respuesta. Las transformaciones exitosas requieren liderazgo digital, buena gobernanza, poder de ejecución y un fuerte enfoque en la adopción.
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