En la última década, el sector financiero ha experimentado una transformación sin precedentes, impulsada por la innovación tecnológica y las cambiantes expectativas de los consumidores. En este contexto, el Open Banking se ha convertido en un pilar fundamental para las entidades financieras, especialmente los bancos, que buscan no sólo cumplir con las regulaciones, sino también ofrecer servicios más personalizados y eficientes a sus clientes.
El Open Banking, o banca abierta, es un sistema que permite a terceros acceder a los datos bancarios de los clientes con su consentimiento para crear nuevos productos y servicios financieros. Este modelo se ha fortalecido gracias a directivas tales como PSD2 (Payment Services Directive 2) y su sucesora, PSD3, que han establecido un marco legal para la compartición segura de datos bancarios transaccionales, fomentando la competencia y la innovación en el sector.
Además, la propuesta de regulación FiDA (Framework for financial data access) representa un hito para el Open Finance, ampliando el alcance de Open Banking a un espectro más amplio de servicios financieros. FiDA propone así establecer un entorno seguro y abierto para el acceso a datos de clientes, colocando los intereses de los consumidores, la competencia, la seguridad y la confianza en su núcleo. Este marco normativo es esencial para que las entidades financieras puedan ofrecer una gama más amplia de productos y servicios financieros innovadores, asegurando al mismo tiempo la protección de los datos personales de los usuarios en conformidad con el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR).
En España, el Open Banking ha experimentado un crecimiento notable. De acuerdo con Statista, el valor global de las transacciones de Open Banking a nivel mundial superó los 50 mil millones de euros en 2023, y se espera que esta cifra aumente considerablemente en los próximos años. Además, se estima que el número de las llamadas API (del inglés, application programming interface) de Open Banking, que sirven como puente tecnológico para la compartición segura de datos, aumentará a 580 billones en 2027, lo que indica una expansión rápida de los servicios de Open Banking y su integración en diversos ecosistemas financieros.
Este incremento refleja la tendencia ascendente del Open Banking en Europa, donde la presencia de proveedores de servicios de terceros ha aumentado rápidamente, como muchas fintechs nacidas bajo el amparo de la regulación y cada vez más integradas en modelos de colaboración con entidades bancarias.
Sin embargo, para que las entidades financieras puedan navegar con éxito hacia el Open Finance, que amplía el concepto del Open Banking a un espectro más inclusivo de servicios financieros, es crucial que refuercen y consoliden su estrategia y modelo operativo en torno al Open Banking. Esto implica no sólo adaptarse a las normativas regulatorias como Fida, sino también prepararse para los desafíos y oportunidades que trae consigo esta evolución.
Para capitalizar los beneficios del Open Finance, las entidades primero deben robustecer el marco integral que tuvieran establecido para el Open Banking. Un marco que debe estar basado en cinco componentes clave:
En conclusión, el Open Banking no es solo una respuesta a las exigencias regulatorias, sino una oportunidad estratégica para las entidades financieras de pasar de un mero ejercicio de cumplimiento normativo a explorar maneras de comercialización e impacto en la cuenta de resultados que permitan crear una ventaja competitiva sostenida. Aquellas que logren integrar estos cinco componentes en su modelo operativo no sólo estarán preparadas para el presente, sino que también podrán liderar la transición hacia un ecosistema financiero más abierto y colaborativo, abriendo el camino hacia el Open Finance.
Sin duda, el camino a Open Finance supondrá un cambio de paradigma y la publicación de los textos regulatorios finales, en particular de FiDA, será un reality check para el sector en su totalidad, y forzará a que las entidades tengan que adoptar una posición proactiva o defensiva. Porque quedarse parado ya no es una opción.
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