Desde el siglo XVIII con Adam Smith, asociamos la impulsividad con algo negativo que nos retrotrae a nuestro pasado animal. El biológo y psicólogo Marc D. Hauser reconoce que puede beneficiarnos en algunos casos, como en situaciones de riesgo o en el deporte. Tal vez los impulsos naturales, como el egoísmo, tengan algún fundamento para nuestra supervivencia, pero el biólogo evolutivo David Wilson advierte que las organizaciones donde prevalecen los sujetos altruistas sobreviven a las formadas mayoritariamente por egoístas. Es una lección muy importante en Compliance, pues esa actitud de grupo es la que permite llegar más lejos.
El primatólogo Frans de Waal dijo que adoptar la perspectiva de otro representa un salto enorme en la evolución social. La regla de oro que hallamos en todas las culturas, “haz por los demás lo que querrías que hicieran por ti”, tiene una relación directa con la empatía. Aunque pensamos que se trata de una capacidad exclusivamente humana, muchos biólogos y etólogos han documentado comportamientos altruistas en el mundo animal, particulamente en especies con estructuras sociales complejas.
Tal vez la empatía y el altruismo no sean patrimonio exclusivo del ser humano, pero está claro que no concebimos un mundo sin estos valores, y las que personas carentes de ellos nos parecen mentalmente enfermas e incluso peligrosas.
Por primera vez en la normalización internacional sobre Compliance, el estándar ISO 37002:2021 sobre Whistleblowing Lines hizo referencia a la empatía como competencia personal relevante. Está muy vinculada a una gestión no solo eficaz sino también humana de las comunicaciones internas de Compliance: a la hora de denunciar una irregularidad, ¿preferiríamos ser atendidos por una plataforma de inteligencia artiticial o por una persona?
En el siguiente video trato las similitudes entre el comportamiento humano y el de primates cercanos, obteniendo lecciones de utilidad en Compliance. Para ello, recurro a pensadores destactados de la economía, la biología evolutiva, el naturalismo y las neurociencias, con reflexiones finales sorprendentes que se pueden trasladar a la actividad diaria de Compliance.
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