La irrupción de la inteligencia artificial, la automatización y la robótica está siendo considerada por muchos como una gran amenaza para el mercado laboral. Numerosas voces apuntan al aumento del desempleo con la consolidación de la conocida como Cuarta Revolución Industrial. Según un estudio realizado por la Universidad de Oxford, alrededor del 57% de los empleos de los países que conforman la OCDE se verían afectados por la disrupción tecnológica. En China, esta cifra aumentaría hasta el 77%.
No obstante, existen otras opiniones que apuntan a la digitalización en el mercado de trabajo como generador de nuevos empleos, impulsando las habilidades y el conocimiento de los trabajadores.
¿Qué empleos se verán más afectados por la automatización?
Según la información recogida en el informe de KPMG Rise of the humans, la digitalización impactará a todos los puestos de trabajo a excepción de aquellos que contengan las siguientes características:
-Alta capacidad de percepción y destreza manual: puestos de trabajo en los que se requiera de una gran capacidad de manipulación y discriminación de pequeños objetos que serían complicados de discernir para la inteligencia artificial, por ejemplo el de una peluquera.
– Creatividad: pueden respirar tranquilos aquellos profesionales que incorporen a su labor una importante carga creativa, véase el caso de músicos clásicos o fotógrafos paisajísticos.
-Inteligencia social: aquellos empleos que requieran de interacciones sociales para su desarrollo, como sería el caso de un profesor de primaria o una enfermera, se encontrarán también más lejos de ser sustituidos por las máquinas.
Teniendo en cuenta esta última perspectiva, la mayoría de empleos relacionados con la gestión, los negocios y las finanzas evitarían su extinción al incorporar a sus principales competencias una importante carga de inteligencia social. Otros sectores que compartirían este componente serían el de la sanidad, la educación, el arte o los medios de comunicación. Incluso la mayoría de ingenierías u ocupaciones relacionadas con las ciencias son menos susceptibles a la automatización ya que necesitan un alto grado de inteligencia creativa.
Serán, por lo tanto, los trabajadores con una baja o media cualificación los que más riesgo corran con el aumento de la presencia de robots en el mercado laboral. De acuerdo con el informe mencionado, estos profesionales deberán realizar una transición hacia puestos de trabajo que requieran mayores elementos de creatividad e inteligencia social.
Teniendo en cuenta esta trasformación, los principales líderes de las organizaciones deberán estudiar en profundidad los cambios que provocará la automatización en los puestos más destacados de su compañía, para así, saber cómo sacar el máximo partido de la integración de ambos tipos de mano de obra.
¿Debemos ser optimistas o pesimistas ante la irrupción de la digitalización?
El debate se mueve entre los que piensan que los nuevos profesionales digitales provocarán un aumento del desempleo y los que opinan que, al contrario, producirán un aumento en la empleabilidad. La posición más negativa, a menudo, es sostenida por los más cercanos al mundo tecnológico, que aluden a una masiva pérdida de trabajos. El punto de vista más positivo lo sostendrían los economistas. Existen diferentes expertos, como los autores de The Second Machine Age, Brynjolfsson y McAfee, que han encontrado un lado positivo al auge de las nuevas tecnologías, afirmando que éstas provocarían un aumento de la productividad y una mejora en los estilos de vida.
A continuación presentamos los cuatro aspectos positivos que conllevaría la automatización, según lo recogido en el informe Rise of the humans:
-Aumento de la productividad. Según la posición planteada por Alan Manning, profesor de economía de la London School of Economics, con el auge tecnológico más unidades podrían ser fabricadas a un menor coste, provocando una disminución de los precios, que incrementaría asimismo el poder adquisitivo y, por tanto, la demanda. Los costes laborales por trabajador se reducirían, destinando así los propietarios de las compañías el capital ahorrado a nuevas inversiones que, a su vez, provocarían una mayor empleabilidad.
-Impacto positivo de la automatización. Aunque a priori la incursión de las máquinas en el mercado laboral podría llevarnos a pensar en la eliminación de puestos de trabajo, éstas, en ocasiones, podrían actuar como potenciador del negocio. Es el caso sostenido por el economista del Massachussetts Institute of Technology (MIT), David Autor, en el que se apunta a un incremento de los empleados de las sucursales bancarias en los años 80 y 90 tras la incorporación de los cajeros automáticos. Según Autor, aquellos trabajadores que antes se dedicaban a atender transacciones de dinero básicas pasaron a desarrollar tareas de mayor relevancia, como por ejemplo la venta de productos más sofisticados. La reducción de los costes de apertura de una sucursal bancaría, provocó un aumento del número de oficinas.
-Mayor capacitación. Las nuevas herramientas de Big Data habrían provocado en el ámbito legal, según el economista de la Boston University School of Law, un aumento en la demanda de información. Aunque se podría esperar una disminución de los profesionales del sector encargados de hacer acopio de información, como los secretarios judiciales, lo cierto es que la demanda de dichos empleos entre 2000 y 2013 se habría incrementado levemente en Estados Unidos. Los jueces se muestran dispuestos a disponer de más datos, al ser éstos actualmente más fácil y económicos de recolectar.
-La digitalización como creador de nuevos sectores y puestos de trabajo. Estos nuevos mercados podrían ser creados, en gran medida, por start-ups, véase el caso de Fintech en el ámbito bancario, frente a las grandes compañías que deberán adaptarse e implementar equipos de innovación capaces de proporcionar nuevas ideas de negocio.
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