Artículo escrito por Albert Sans.
Recientemente se ha descubierto uno de los mayores agujeros de seguridad en internet de la historia. Todo empezó durante la noche de fin de año del 2011 tras la activación de una nueva funcionalidad (apodada “Heartbeat”) en la librería de código abierto OpenSSL a manos de un programador Alemán.
El fallo bautizado como Heartbleed (CVE-2014-0160) reside en el manejo de las peticiones Heartbeat, siendo posible alterar la longitud del tamaño de datos de respuesta abriendo la posibilidad de leer datos de la memoria. En consecuencia, obtener datos de sesiones como cookies de sesión, datos descifrados, contraseñas, certificados, entre otros.
Se trata de una amenaza directa a la confidencialidad de la información, la cual también puede tener implicaciones potenciales para la disponibilidad. Las versiones afectadas son OpenSSL versión 1.0.1f, 1.0.1e, 1.0.1d, 1.0.1c, 1.0.1b, 1.0.1a, 1.0.1 y 1.0.2-beta, tanto a nivel cliente como servidor. La librería es utilizada en una gran variedad de servidores y utilizada en numerosos servicios como por ejemplo; servidores web y de aplicación (WS/AS), correo electrónico, servidores de ficheros y de correo, sistemas operativos, electrónicas de red como routers, firewalls, balanceadores de carga, proxy’s, concentradores, servicios de acceso remoto VPN, etc.
Cabe destacar que también hubo impacto en instituciones financieras y seguros, servicios de almacenamiento en la nube como Dropbox y llegando a afectar a servicios de gestión de credenciales como Lastpass ampliamente extendido en los últimos tiempos.
Otro aspecto relevante de la vulnerabilidad es el hecho de que no deja evidencias en el servidor y por otro lado, cabe destacar su facilidad de explotación. Aunque es posible verificar la existencia de la vulnerabilidad, es difícil para las organizaciones conocer si estas han sido comprometidas anteriormente.
A continuación se muestran algunas, entre las numerosas vías de mitigación, que pueden ayudarle de forma significativa tanto a su empresa como a usted:
Esta situación pone de manifiesto la necesidad de poner las organizaciones y sus servicios a prueba de forma continua para evaluar el nivel de madurez ante la respuesta y recuperación y así mismo, identificar los controles de seguridad críticos implementados (se hablará de ellos en otro post) para ayudar a prevenir y mitigar las ciberamenazas.
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