Durante los últimos meses asuntos como el dividendo digital, el despliegue de redes de nueva generación y la futura regulación de la extensión de la fibra óptica hasta el hogar (FTTH) han acaparado el interés por el sector de las telecomunicaciones. También otros asuntos como el Mercado Único Digital y el proceso de consolidación del sector, en el que España está jugando un papel protagonista como mercado geográfico, han despertado una gran expectación.
Más alejado del foco mediático pero no menos relevante figura la carrera de fondo en la que las operadoras de telecomunicaciones se encuentran inmersas para la implantación de la nueva normativa contable internacional de reconocimiento de ingresos derivados de contratos con clientes (IFRS 15 – NIIF 15). Esta normativa fue aprobada de forma definitiva en mayo de 2014 y pretende unificar el marco normativo para el reconocimiento de los ingresos derivados de contratos con clientes, con el objetivo de aumentar a nivel global la comparabilidad y homogeneidad de los estados financieros de las compañías del sector.
La norma va a cambiar la forma en la que los diferentes stakeholders van a interpretar las cuentas de resultados de este tipo de compañías al pasar de un enfoque de reconocimiento de ingresos basado en el billing a un enfoque basado en el contrato con el cliente.
Aunque la fecha de aplicación efectiva estaba prevista inicialmente para el 1 de enero de 2017, el IASB (International Accounting Standard Board), organismo emisor de normativa financiera internacional, acordó retrasar un año, hasta el 1 enero de 2018, la fecha de aplicación efectiva de la norma.
De esta forma, mostraba sensibilidad hacia la petición realizada al respecto por las compañías más significativas del sector, ante la preocupación suscitada por no poder llegar a cumplir con el plazo inicialmente previsto de aplicación a la vista de la magnitud de los cambios a implementar en las organizaciones.
Durante el proceso de elaboración de la norma, y considerando el dinamismo de los cambios en la estrategia comercial que vive el sector, las firmas de telecomunicaciones tomaron conciencia de la relevancia que este cambio, a priori únicamente contable, iba a tener en el modo de hacer las cosas dentro de sus organizaciones (incluyendo sus sistemas de control interno) y de las implicaciones que podrían tener tanto en la consolidación de sus modelos de negocio actuales como en sus modelos de negocio futuros.
Así, entre otros asuntos, la nueva norma afectará en a las políticas de upselling de servicios, retención y subsidio táctico de los clientes actuales. Los modelos de comercialización de terminales móviles (a través del canal directo o indirecto) también se verán afectados, al igual que el modelo de retribución al canal de distribución y su impacto en la capitalización de los costes incurridos para la captación de clientes.
Otros cambios tendrán que ver con la complejidad del análisis de los contratos con clientes del segmento de empresas y grandes clientes y la inclusión de equipamiento de cliente en las ofertas convergentes
A nivel organizativo será fundamental reforzar las actividades de aseguramiento de ingresos y que las funciones internas encargadas del diseño, implementación y comercialización de las diferentes ofertas comerciales tomen conciencia del impacto que sus decisiones pueden tener a la hora de reconocer los ingresos.
Asimismo, este hecho es especialmente relevante en la actualidad por el proceso de consolidación del sector y la propia dinámica comercial del mismo, que están provocando el reposicionamiento a nivel comercial de las actuales ofertas convergentes para adaptarse tanto al nuevo escenario competitivo como a los retos derivados de los nuevos modelos de comercialización del vídeo y la TV y del lanzamiento de las ofertas convergentes 5Play y 6Play.
La nueva norma permite su implementación bajo dos enfoques diferentes. Por una parte uno basado en un análisis contrato a contrato y, por otra, el enfoque basado en cartera de contratos, siendo este segundo aceptado como resultado de las peticiones realizadas principalmente por el sector de telecomunicaciones.
Aunque el enfoque de cartera de contratos se sigue considerando factible para el segmento de gran público, las operadoras en términos generales parecen estar inclinándose por el de contrato a contrato, tanto en el segmento de gran público, como en el segmento de empresas y grandes clientes.
Finalmente, y en relación con las inversiones en sistemas, el elevado número de contratos que gestionan las operadoras va a requerir importantes desarrollos en Tecnologías de la Información, tanto para su monitorización y seguimiento como para la obtención de datos de carácter cuantitativo y cualitativo a desglosar en los estados financieros.
Por ello, uno de los principales retos del sector será hacer compatibles estas inversiones con otras ya realizadas para simplificar y racionalizar los sistemas legacy ligados principalmente a la contratación con el cliente y a los sistemas de facturación.
Nicolás López Vivas es socio de Auditoría de KPMG en España
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