La aparición de las Fintech ha revolucionado el sistema bancario. Las entidades tradicionales, internacionales, multiproducto y que atienden a diferentes segmentos con sus múltiples divisiones (banca minorista, banca personal y privada, banca de empresas y la banca corporativa), se han visto obligadas a transformarse ante la aparición de start-ups con oferta monoproducto, flexibles y con un enfoque completamente centrado en el cliente. Características que les han permitido bajar precios y comisiones de los servicios financieros, y aumentar sustancialmente la calidad de estos servicios.
¿Qué servicios ofrecen las Fintech? Principalmente aquellos destinados a hacer más sencillo el acceso a servicios financieros a través de nuevas tecnologías. Desde comparadores financieros con los que comparar hipotecas, préstamos, cuentas bancarias etc, a servicios de onboarding digital, que aceleran procesos de alta y contratación sin necesidad de desplazarse físicamente a la entidad, pasando por agregadores financieros que permiten conocer toda la información financiera de un usuario en una misma plataforma.
Pese a que la irrupción de estos actores ha supuesto un punto de inflexión para los bancos, parece claro que el futuro pasará por la colaboración y no por la rivalidad. De esta forma, las ventajas derivadas de las entidades tradicionales –marca, confianza, base de clientes, estabilidad- se suman a la de las Fintech, que pasan por su capacidad de adaptación a un consumidor cada vez más cambiante y exigente.
De hecho, el 75% de las Fintech y los bancos tradicionales creen en la colaboración como la mejor vía para generar beneficios, tanto para ambas partes como para el consumidor final, según pone de manifiesto el informe ‘Fintech, innovación al servicio del cliente’, elaborado por el Observatorio de la Digitalización Financiera Funcas-KPMG.
“Pese a que en su origen se consideraba a las Fintech como competidoras de los bancos, en los últimos años esta barrera se ha ido diluyendo por ambas partes, cobrando fuerza el concepto de alianza”, explica Ramón Cañete, socio responsable de Transformación de KPMG en España. “Las Fintech pueden aportar ideas frescas, y las entidades tienen la capacidad para masificarlas”, subraya.
De hecho, un importante objetivo de esta alianza es hacer frente al principal competidor del sector financiero: los gigantes tecnológicos, conocidos como GAFA (Google, Facebook, Amazon y Apple) y BAT (los asiáticos Baidu, Alibaba y Tencent), que están empezando a apostar por los servicios financieros.
“Los gigantes tecnológicos se benefician de tener un gran volumen de clientes y usuarios, pero sobre todo de su capacidad financiera y tecnológica y de su elevada capacidad de innovación”, sostiene Ramón Cañete. De esta forma, la alianza entre Fintech y banca tradicional puede garantizar la supervivencia de ambas partes.
Sin embargo, una vez alcanzado el horizonte de la colaboración, la regulación es el principal reto. Los reguladores deben garantizar el equilibrio entre la estabilidad financiera, la protección a los consumidores y el impulso a la innovación, manteniendo la neutralidad entre todos los actores.
“Desde el sector hace tiempo que se reclama una regulación específica para las Fintech, y de hecho muchos países ya están desarrollando normativas en este sentido”, indica el socio responsable de Transformación de KPMG en España, al tiempo que recuerda que la regulación es clave para determinar la localización y crecimiento de estas start-ups.
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