Desde hace unos días, el mundo de la inversión internacional está alterado: BEPS va tomando forma. Pero, ¿qué es BEPS? A modo de resumen, BEPS es un proyecto de la OCDE, secundado por Estados miembros y otros que no lo son, que pretende garantizar que las grandes empresas tributen en aquellos países en los que están generando valor. La falta de coherencia entre los sistemas fiscales de los países, deja vacíos legales que las legislaciones, a día de hoy, no penalizan. Lo cierto es que la OCDE ha detectado esta anomalía del sistema y lleva dos años trabajando en propuestas globales que persiguen la creación de un entorno fiscal coherente, homogéneo y sin huecos. Este proyecto es el que se ha denominado Erosión de Bases Imponibles y Deslocalización de Beneficios (BEPS, por sus iniciales en inglés). La iniciativa se ha estructurado en quince acciones que deben incluir recomendaciones para realizar cambios en normas unilaterales y bilaterales.
Pues bien, tal y como estaba previsto, la OCDE publicó el pasado 16 de septiembre de 2014 su primer informe al respecto en el que se recogen los avances de siete de las quince acciones.
Una de las primeras cuestiones que llaman la atención es que, de los siete informes publicados, sólo dos son finales: el de economía digital y el estudio sobre la viabilidad de crear un instrumento multilateral para la implantación internacional de las medidas propuestas. El relacionado con las prácticas fiscales perjudiciales comenta los avances alcanzados en esta materia, pero necesita trabajos adicionales.
Son los informes relacionados con el tratamiento de los instrumentos híbridos, los requerimientos de documentación (Country by Country reporting), las propuestas para evitar el abuso de convenios para combatir la doble imposición y el análisis de la tributación de los intangibles los que se consideran como acordados por los países participantes en el proyecto, pero pendientes de aprobación final. En otras palabras, quedan suspendidos hasta dentro de un año. ¿Por qué se produce esta “parada” en la aprobación final? En Septiembre de 2015 se aprobarán las ocho acciones restantes y, a la luz de estos nuevos avances, se podrán rectificar los informes que han quedado pendientes de aprobación en este mes de septiembre.
Esto tiene una lectura positiva: se da un pequeño margen a las empresas para que reaccionen si es necesario. Con esta forma de actuar, la OCDE consigue que el “producto final BEPS” sea lo más coherente posible y, por otro lado, tal y como ha señalado el propio organismo, se da un plazo a los grupos multinacionales para que puedan reaccionar y replantearse sus estrategias, si lo consideran necesario, antes de que el resultado sea definitivo.
A partir de este momento, se puede esperar que las Administraciones empiecen a realizar modificaciones de sus legislaciones internas, si es que no lo han hecho ya, siguiendo las pautas ya marcadas en firme por la OCDE. Es posible que las recomendaciones que se acaban de aprobar sufran ciertas modificaciones durante este año, pero las líneas generales están puestas encima del tablero de juego.
En España, parte de estas medidas han sido tenidas en cuenta en la elaboración del Proyecto de Ley del Impuesto sobre Sociedades, que en este momento está siendo objeto de tramitación parlamentaria, pero no se pueden descartar medidas adicionales.
Por otro lado, en estos trabajos se ha incorporado también a países que no son miembros de la OCDE y se han recogido en las recomendaciones finales sus planteamientos y necesidades.
Como se puede comprobar, la OCDE busca el máximo consenso internacional para garantizar unas normas coherentes, que atiendan a los mismos principios y es consciente de la inseguridad jurídica que se puede generar si cada país adopta soluciones dispares. En este caso, se podría dar una doble imposición generalizada en un plazo muy corto de tiempo.
Son fundamentales los trabajos relacionados con los mecanismos de resolución de conflictos en caso de doble imposición, para garantizar que no se pasa de un escenario de no tributación a uno de doble tributación.
Siendo, como es este proyecto, uno de los ejes principales de las futuras inversiones internacionales, la discusión del mismo ha sido objeto de análisis y debate en el EMA Tax Summit de KPMG celebrado en Barcelona del 22 al 24 de septiembre.
Por tanto, a la vista de los avances y las propuestas, las empresas se encuentran en disposición de poder valorar y anticiparse a los cambios que se van a generar en los diferentes países a lo largo del año que viene; hay tiempo para analizar las estructuras, cuantificar los riesgos e incorporar nuevas estrategias que eviten problemas en un futuro muy próximo.
Autora: Carolina del Campo. Socia del área de Tributación Internacional Integrada de KPMG Abogados
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