El Mecanismo Único de Supervisión (MUS) es ya una realidad desde el pasado 4 de noviembre. Todos los bancos de la eurozona están sujetos a una supervisión única cuya dirección le corresponde al Banco Central Europeo (BCE).
Sin perjuicio de lo anterior, los mayores grupos bancarios europeos (y la mayor parte del sector financiero español) se encuentran bajo la supervisión directa del BCE -con la colaboración estrecha, en nuestro caso, del Banco de España- y el resto de los bancos seguirán siendo supervisados directamente por sus autoridades locales bajo la supervisión indirecta del BCE.
Es importante recordar que, con independencia del tamaño y características de los bancos, algunas funciones seguirán correspondiendo en todo caso al Banco de España, como lo relativo a la protección de los consumidores o la prevención del blanqueo de capitales.
En todo caso, unos y otros bancos serán supervisados bajo criterios comunes y se habrán puesto las condiciones para un avance real en el proceso de integración europea, concretamente en el ámbito del mercado interior de servicios financieros.
Para la economía española, el avance en la constitución de una unión bancaria, gracias a los progresos registrados en el ámbito de la supervisión y también en el de la resolución bancaria, ha sido realmente positivo y ha contribuido a la mejora sustancial de las condiciones de financiación de nuestra economía.
Además, la conclusión del programa de asistencia financiera de nuestros socios europeos y la publicación de los resultados del análisis bancario realizado por el BCE el domingo 26 de octubre han despejado las dudas que pudieran existir sobre una parte del sistema financiero español con lo que inversores, analistas, depositantes y clientes pueden confiar plenamente en la buena salud de nuestras entidades.
Los bancos españoles se enfrentan ahora a una nueva etapa, que no será fácil en un contexto de bajos tipos de interés y escenario económico incierto, en la que su gran reto será la recuperación de la rentabilidad.
En este escenario, los bancos españoles contribuirán a la recuperación de la economía española y a la creación de empleo del modo que les corresponde: concediendo financiación a clientes solventes en relación con proyectos viables. Incremento del crédito y crecimiento económico van de la mano: ambos procesos se retroalimentan y nos beneficiarán a todos.
Tras años muy difíciles, podemos mirar el futuro con confianza.
Autor: Francisco Uría. Socio responsable del Sector Financiero de KPMG en España
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